La detención de Mubarak
Actualizado:Hace solo unas cuantas semanas nadie habría osado pensar que una revuelta social, civil y desarmada, acabaría con el régimen político de Egipto, una autocracia con treinta años de vida. Y menos aún que el presidente Mubarak sería detenido mientras se investiga si cabe acusarle con pruebas del doble delito de corrupción económica y abuso de poder. Sus hijos también están arrestados, bajo el primer cargo. Tal vez la fiscalía no le habría hecho detener de haberlo encontrado cooperador, pero su súbito 'empeoramiento' de salud y subsiguiente negativa a cooperar irritó a la autoridad. El presidente será eventualmente juzgado por abuso de poder, es decir, por haber autorizado, si no ordenado, que la Policía disparara sobre civiles desarmados y matara a muchos de ellos. Tal vez la conducta de la Junta Militar al mando sería otra si militares, y no policías, hubieran causado la matanza. Pero los uniformados fueron perspicaces y se honraron al hacer saber que nunca abrirían fuego contra compatriotas inermes. Eso, que precipitó el desenlace permite ahora este milagro.