Obama promete defender la sanidad
El presidente de EE UU marca la línea divisoria con los republicanos, que pretenden sacrificar la asistencia pública de salud
NUEVA YORK.Actualizado:Advertía Paul Krugman de que si Barack Obama asumía ayer en su discurso los recortes a la sanidad pública que ha recomendado la comisión bipartidista Bowles-Simpson «habrá redefinido el centro como algo entre la derecha y la extrema derecha». Por el contrario, ayer el inquilino de la Casa Blanca decidió quedarse en el centroizquierda y apuntalar las diferencias que le separan de la derecha, marcando la línea divisoria en la sanidad pública para los más desfavorecidos que la propuesta republicana quiere sacrificar en favor de los recortes de impuestos para ricos.
«En la última década el ingreso medio del 90% de los trabajadores estadounidenses empezando por abajo ha disminuido, mientras que el del 1% más rico ha aumentado de media un cuarto de millón», expuso el mandatario demócrata. «¿Y quieren darle a gente como yo 200.000 dólares (138.500 euros) en recorte de impuestos que pretenden pagar pidiendo a 33 jubilados (por cada rico) 6.000 dólares (poco más de 4.000 euros) más en sanidad? Eso no está bien y no ocurrirá mientras yo sea presidente».
Era, a juicio de numerosos analistas, el primer discurso de campaña de Obama, que en noviembre del año que viene tendrá que batirse con la derecha para ganar la reelección. La izquierda ha perdido la fe en él pero ayer suspiró aliviada al escucharle repasar el ideario. «Mucho mejor de lo que muchos de nosotros temíamos», manifestó Krugman al escuchar el esperado discurso sobre la reducción del déficit.
Con su mejor elocuencia, Obama destrozó la propuesta de la oposición en dos frases. «No hay nada serio en un plan que clama reducir el déficit gastando un billón de dólares en recortes de impuestos a multimillonarios», sentenció. «Su visión se trata menos de reducir el déficit que de cambiar la base social de Estados Unidos».
Estrategia conservadora
La misma estrategia que los gobernadores republicanos han llevado a cabo por todo el país al despedir a profesores y prohibir el derecho a la negociación colectiva de los sindicatos. La propuesta del conservador Paul Ryan, presidente del Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, contempla un 70% de recortes en energías renovables, un 25% en educación, un 30% en transportes públicos y la redefinición absoluta del programa de salud para los ancianos llamado Medicare, que pasaría a ser un cupón para usar en la empresa privada. «Y si el cupón no es suficiente para comprar un seguro, mala suerte, te las apañas», interpretó ayer el presidente.
Obama comparte con la oposición la creencia de que el país necesita hacer grandes sacrificios para paliar el déficit de 14,3 billones que enfrenta. «Cualquier plan serio para atacar el déficit requerirá poner todo sobre la mesa», advirtió. Ambos partidos proponen recortar cuatro billones, los republicanos en diez años y los demócratas en doce. Solo que el mandatario afroamericano pretende disminuir el gasto de sanidad con los ahorros de eficiencia que definió en la reforma, aún sin entrar en vigor.
Su plan toca también otra fibra sensible del país, Defensa, donde promete conducir «una revisión fundamental de las misiones de Estados Unidos, nuestras capacidades y nuestro papel en un mundo cambiante». En cuanto a reforma fiscal, además de no renovar los recortes de impuestos para los ricos, promete limitar las deducciones para el 2% más acaudalado que permiten a multinacionales como General Electric no pagar tributos.