El ministro de Asuntos Exteriores de Barhéin posa junto al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen. :: FADI AL-ASSAAD / REUTERS
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Dinero para los rebeldes libios

El Grupo de Contacto, el foro político que supervisa la operación, acuerda crear un fondo para ayudar al Gobierno opositor

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La coalición internacional dio ayer un nuevo espaldarazo al Gobierno rebelde libio en su apuesta por erosionar en todos los frentes al régimen de Muamar Gadafi. La primera cumbre del Grupo de Contacto para el país norteafricano, el foro político creado para supervisar la intervención militar, se cerró en Catar con un acuerdo para respaldar económicamente al Ejecutivo opositor. Los socios del organismo, que incluye a la ONU, la OTAN y la Liga Árabe, dejaron entrever a su vez que podrían suministrar armas a los insurgentes para plantar cara a las tropas gadafistas en zonas urbanas.

El Grupo de Contacto, creado hace dos semanas en la cumbre de la coalición internacional celebrada en Londres, está compuesto por una veintena de países -entre ellos España- y distintos organismos multilaterales que siguen estrechamente la evolución de la operación en Libia. Desde el encuentro organizado en la capital británica, sin embargo, apenas se han registrado avances en el plano militar. Gadafi se mantiene fuerte en el oeste del país, donde la población apenas percibe la proximidad de la guerra.

En el este de Libia, en cambio, se libran duros combates que impiden a los rebeldes tomar la iniciativa. Ante esta situación, la coalición internacional intentó ayer aumentar la presión sobre Gadafi por la vía diplomática. Los miembros del Grupo de Contacto, que insistieron en la necesidad de que el dictador abandone el poder, acordaron reconocer al Gobierno opositor como «representante legítimo» del país. Paralelamente, el organismo anunció la creación de un fondo financiero para apoyar a los insurgentes y facilitar la llegada de ayuda humanitaria a la población.

La cantidad de dinero que podrían recibir los rebeldes no está clara. Tampoco se ha desvelado de dónde vendrá, aunque ya existen varias propuestas sobre la mesa. Los países occidentales parecen más proclives a liberar fondos procedentes del petróleo que se encuentran congelados por las sanciones de la ONU en distintas partes del mundo. Los rebeldes, que han cifrado en 1.500 millones de euros el montante necesario para asistir a los civiles, preferirían obtener ingresos mediante la exportación de crudo, pero esta actividad también está vetada por la comunidad internacional desde que estalló el conflicto.

Petróleo insurgente

Pese al embargo petrolífero, los rebeldes trabajan con Catar para intentar comercializar el crudo existente en la zona bajo su responsabilidad. EE UU avaló el martes estos esfuerzos y la coalición empieza a pensar en cómo levantar las sanciones al petróleo de los insurgentes. Según el Gobierno catarí, en lo que va de mes han conseguido vender un millón de barriles, aunque las transacciones resultan muy complicadas por la proximidad de los combates.

El otro gran asunto que debatió el Grupo de Contacto fue la posibilidad de entregar armamento a los rebeldes. La coalición internacional sopesa esta idea casi desde el inicio del conflicto, pero teme que las armas puedan acabar en manos de terroristas. El problema es que siguen pasando los días y la OTAN no logra romper el cerco de Misrata, la única ciudad del oeste controlada por la insurgencia. Además, las tropas de Gadafi saben que no tienen defensa posible frente a la aviación aliada en espacios abiertos y se ocultan en zonas urbanas, una táctica que limita los bombardeos por temor a causar bajas civiles.

Reino Unido, que comparte junto a Catar la presidencia del Grupo de Contacto, admitió al final de la cumbre que estudian entregar armas a los rebeldes para que puedan defenderse en el interior de las ciudades. El ministro de Exteriores británico, William Hague, subrayó que la iniciativa no vulneraría el embargo de armas impuesto al país. Italia, que albergará la próxima cita del organismo, respaldó la idea porque está «moralmente» justificado que los civiles repelan los ataques. El armamento, según agregaron, sería de pequeño calibre para respetar la resolución de la ONU.