China ofrece 9.300 millones para sanear el sector financiero español
Zapatero afirma que el país asiático se ha convertido en una «garantía» de financiación para «nuestras» necesidades
SINGAPUR.Actualizado:El paso de José Luis Rodríguez Zapatero por Pekín ha supuesto un auténtico balón de oxígeno tanto para la economía española como para el propio presidente del Gobierno. El alivio del jefe del Ejecutivo se resume en una frase: «Ahora tenemos una garantía para la financiación de nuestras necesidades». Fue su veredicto tras reunirse el martes con el primer ministro, Wen Jiabao, y participar ayer en un desayuno de trabajo con los representantes de las principales entidades financieras chinas. Solo el principal fondo soberano del país, la Corporación de Inversiones China, ya avanzó que dispone de unos 9.300 millones de euros para invertir en el sistema financiero español.
La abultada cifra tiene un doble impacto porque supondría por sí misma casi el 70% de lo que, según el Banco de España, necesitan las cajas de ahorro para superar con éxito el proceso de reestructuración y sobrevivir a la crisis. Tampoco hay que echar las campanas al vuelo. De momento, lo único que adelantó el vicepresidente de la entidad, Xie Ping, es que el plan está en estudio y ni siquiera especificó que vayan a ser las cajas las destinatarias de su dinero. Pero el hecho de que el propio Wen, y su futuro sucesor, el viceprimer ministro, Li Kequiang, se comprometieran a apoyar el proceso de reestructuración del sector apuntan en esa dirección.
A eso hay que sumar otras dos noticias: que no es el único fondo chino que ha mostrado su disposición a inyectar capital en España y que la segunda potencia económica del mundo se ha comprometido a seguir comprando deuda española. Según fuentes gubernamentales, China ha pasado en cuatro años de poseer el 4% del total de la deuda en manos extranjeras al 12,5%, unos 25.000 millones de euros. «Esto ha supuesto para España un importante factor de confianza, estabilidad y solvencia frente a los mercados», subrayó Zapatero antes de partir hacia Singapur, donde también pretende recabar apoyos financieros.
Lo que está por venir es incierto. Pero al Gobierno le suena a música celestial. En el encuentro estaban presentes entidades con una capacidad de inversión de 3,5 billones de dólares, el triple del Producto Interior Bruto español (PIB) y varios de ellos manifestaron su opinión favorable respecto del decreto de las cajas y su voluntad de participar en el proceso de conversión.
Ahora bien, los organismos chinos son muy escrupulosos a la hora de elegir el mejor destino para su dinero y ni uno solo dejó de advertir a Zapatero de que no les basta con la información que se le traslada desde España, y que ya han iniciado sus estudios de la situación para estudiar la rentabilidad y la estabilidad de las eventuales operaciones.
Previsiones en pie
El éxito de su 'roadshow' por Pekín permitió en todo caso al jefe del Ejecutivo replicar con mayor aplomo al último informe del FMI, que sostiene que sin nuevos ajustes España será incapaz de cumplir el objetivo del 3% del déficit en 2013. «Llevamos unos meses en los que los resultados de nuestros esfuerzos de reducción fiscal han dado lugar a la opinión cada vez más extendida de que España ha hecho los deberes y que genera la confianza suficiente para afirmar que cumpliremos las previsiones», señaló.
Con idéntica rotundidad, descartó que vaya a ser necesario acometer más medidas de recorte del gasto para avanzar por una senda de crecimiento progresivo, aunque insistió en que la creación de empleo «nos va a costar más». Ahora, dijo, lo único que planea el Ejecutivo es poner en marcha medidas de estímulo, pero no fiscal, como la que previsiblemente aprobará ya este viernes el Consejo de Ministros para hacer aflorar el empleo sumergido. «No vamos a bajar la guardia -prometió-; España sigue necesitando culminar las reformas y actuar en alguna nueva».
La gira continúa en Singapur, el segundo país que más creció en 2010 (por encima del 14%) y el tercero en renta per cápita del mundo. Allí, se reunirá con fondos soberanos, fondos de inversión, los principales bancos y las autoridades monetarias. En opinión del Ejecutivo, las relaciones con este estado son muy reducidas.