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Sociedad

Al presidente se le va la mano

El mandatario checo, Vaclav Klaus, se apropia de una pluma ante su homólogo chileno y desata la polémica en su país

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El asunto de la pluma del presidente checo está causando furor. Cientos de miles de internautas convirtieron ayer en tema estrella de la Red un vídeo de la televisión checa que pone en evidencia al primer mandatario del país, por su actitud aparentemente cleptómana. Las imágenes corresponden a una rueda de prensa conjunta en Santiago de Chile entre Vaclav Klaus y el presidente del país andino, Sebastián Piñera Echenique. En menos de un minuto, lo que tarda en saludar el dirigente anfitrión a los periodistas, el invitado centroeuropeo saca la pluma de su caja, la oculta bajo la mesa, se la mete en el bolsillo contrario, cierra la caja y... ¡tachán! Magia. La pluma ha desaparecido. El portavoz presidencial de la República Checa, Radim Ochvat, dijo que no es lo que parece y que todo ha sido una manipulación. De la televisión pública, se entiende.

El vídeo se emitió el domingo en CT1. Lo que sigue es el relato de lo que se ve que ocurre en poco menos de un minuto. Una voz en 'off' de algún alto cargo presenta la mesa y cede la palabra al dirigente chileno, que brinda a la televisión la mejor de sus sonrisas.

«Muy buenos días», saluda Piñera. En lo que tarda en pronunciar esas tres palabras, Klaus ya se ha fijado en que sobre la mesa hay un precioso estuche con una estilográfica, seguramente buena, porque para ese tipo de actos no vale cualquier cosa. Lo abre y se guarda la pluma. La cosa no va mal. «Quiero, en primer lugar, dar una cordial y cariñosa bienvenida...» Muy serio, sin mirar a ninguna parte, Klaus oculta 'su tesoro' bajo la mesa, se lo cambia de mano y lo guarda en el bolsillo. «...al presidente Vaclav Klaus -continúa el chileno- y a la delegación de amigos que nos visitan». Rápidamente, el dirigente checo saca la mano de debajo de la mesa y se apresura a atarse la chaqueta. «La verdad es que la República Checa ha tenido siempre una gran presencia en nuestro país». Klaus cierra la cajita y, por un momento, da la impresión de que Piñera se ha dado cuenta de lo que sucede, pero sigue hablando. «Por de pronto, miren nuestras banderas. Comparten los mismos colores, pero comparten mucho más...». Ya está. Vaclav Klaus se acomoda en su asiento, acaba de arreglarse la chaqueta, hace gestos de asentimiento y saluda.

¿Qué les ha parecido? Pues era «un regalo», que lo explicó el portavoz presidencial, quien se quejó además de la escasa cobertura que la CT1 dio a la visita oficial. Dicen que en un restaurante de Praga han colgado un irónico cartel: «Se busca una pluma de lujo. Se ruega a quien la encuentre, la envíe a la Embajada de Chile».