Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Foto inédita hasta ahora de uno de los incendios que se produjeron en la central. :: AFP
MUNDO

Fukushima ya es Chernóbil

El Gobierno nipón eleva la gravedad del siniestro, mientras otro terremoto de magnitud 6,3 sacude Tokio

PABLO M. DÍAZ ENVIADO ESPECIAL
TOKIO.Actualizado:

Lo que todos se temían ya es oficial. El accidente en la central de Fukushima 1 es, como mínimo, tan malo como la catástrofe de Chernóbil, la planta ucraniana cuyo reactor estalló el 26 de abril de 1986 y propagó por el centro y norte de Europa una nube radiactiva cuyos tumores y malformaciones genéticas aún se siguen reproduciendo. La Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear nipona elevó ayer la categoría del siniestro del nivel 5, donde figuraba junto a las fugas de la central americana de Three Mile Island en 1979, al 7, el máximo, hasta ahora ocupado solo por Chernóbil. Dicho nivel significa un «accidente mayor» con «grandes consecuencias», mientras que el 5 se refiere a un «escape limitado» de radiactividad.

Uno de los responsables de la Comisión para la Seguridad Nuclear de Japón anunció que las fugas de Fukushima suponen un 10% del accidente de Chernóbil, pero el problema es que seguirán aumentando porque los técnicos ya han reconocido que tardarán varios meses en controlarlas. Después, la radiación en la zona tardará décadas o siglos en desaparecer. «Hemos subido el nivel de seguridad a 7 porque el impacto de los escapes radiactivos se ha extendido al aire, las verduras, el agua del grifo y el océano», explicó uno de los responsables de la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear, Minoru Oogoda.

Pero el primer ministro, Naoto Kan, intentó tranquilizar a la población asegurando que «la situación de los reactores nucleares se está estabilizando paso a paso y la cantidad de fugas radiactivas va disminuyendo, aunque no podemos bajar la guardia». A tenor de la escala internacional de accidentes atómicos, la actualización del siniestro de Fukushima significa que ahora es diez veces más grave que antes por el aumento de la radiactividad incontrolada que está escapando de la central.

Según la agencia Kyodo, la planta llegó a liberar hasta 10.000 terabecquerelios por hora después del tsunami, cuyas olas gigantes inundaron sus reactores y dañaron el sistema eléctrico de refrigeración y los generadores auxiliares de gasóleo. Desde entonces, los núcleos se han calentado peligrosamente hasta fundirse parcialmente, provocar explosiones que han destrozado las torres donde se ubican y liberar a la atmósfera gran cantidad de yodo radiactivo y cesio que ya ha contaminado la leche y una docena de verduras de zonas cercanas y hasta el agua del grifo de Tokio.

Sushi atómico

Además, el vertido de agua contaminada ha enfurecido a los países vecinos, como China y Corea del Sur, y ha sembrado el miedo en Japón al sushi atómico, una desgracia para su potente industria pesquera y una maldición para el pescado nipón.

Pero el mayor problema es para las 130.000 personas que aún viven en un radio de entre 20 y 30 kilómetros alrededor de la central nuclear, a quienes se les ha recomendado encerrarse en sus casas al hallarse bajo la nube radiactiva. Tras hacer oídos sordos al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) durante un mes, el Gobierno nipón ampliará la zona de evacuación más allá de los 20 kilómetros ya desalojados. Pero no lo hará de forma general, sino en poblaciones concretas cuyos niveles de radiactividad acumulada excedan los límites por exposición prolongada.

Y por si fuera poco, una nueva réplica, de magnitud 6,3, volvió a sacudir ayer por la mañana la costa oriental de Japón, concretamente la prefectura de Chiba. Con el epicentro a 77 kilómetros de Tokio, los rascacielos volvieron a agitarse en la capital nipona, mientras que en la central de Fukushima se declaró un incendio en un edificio eléctrico fuera del reactor número 4, pero fue sofocado rápidamente. Desde el terremoto y el tsunami del 11-M nipón, se han registrado más de un millar de réplicas, 400 de ellas de fuerza 5 y algunas de intensidad 7.