La inflación se instala en el 3,6% y el Gobierno reconoce que hasta julio no habrá moderación
Los carburantes y los alimentos se suman al habitual encarecimiento del vestido y calzado en el arranque de temporada
MADRID.Actualizado:En el momento más inoportuno, con una economía que no acaba de despegar y los sueldos semi-congelados, la inflación alta ha llegado para quedarse, al menos durante la primera mitad del año, según reconocen desde los responsables del Gobierno hasta los institutos privados. Los precios subieron siete décimas en marzo y aunque casi la mitad de ese aumento correspondió al encarecimiento de las prendas de vestir y del calzado en el arranque de la nueva temporada, la otra mitad hay que atribuirla a la escalada que no cesa de los carburantes y al continuado incremento de precios de los alimentos que está repercutiendo en todo el mundo.
La tasa interanual se instala en el 3,6% por segundo mes consecutivo. Es su valor más alto desde octubre de 2008 -en la fase inicial de la crisis, poco después de la quiebra de Lehman Brothers- y el Gobierno admite que no espera signos consistentes de moderación en los precios antes de julio. En ese mes -explicó el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa- se habrán absorbido los impactos de la fuerte subida de la luz aplicada a partir de enero, del incremento de los impuestos sobre el tabaco y del alza del IVA que entró en vigor justamente un año antes. Pero la inflación solo se contendrá si no hay un incremento adicional de la tarifa eléctrica, que el Ministerio de Industria tendría que volver a revisar, de acuerdo con lo establecido, justo a comienzos del verano.
En marzo, respecto a febrero, subieron el 3,7% la ropa y las gasolinas y gasóleos, un 6% otros combustibles, un 3,5% los viajes organizados, el 2,9% los hoteles y otros alojamientos y el 2% el pescado fresco. La comparación anual refleja que, desde la primavera de 2010, los costes del transporte, que incluyen los carburantes, se han disparado el 9,8%. Que el petróleo y otras materias primas están detrás de las tensiones inflacionistas lo que pone de manifiesto la evolución de la inflación subyacente, que ha bajado en una décima para quedar en el 1,7%. Y también otros datos: los precios del conjunto de los combustibles -un bloque que abarca también los de calefacción- han aumentado el 20% y el conjunto de alimentos no elaborados y productos energéticos se ha encarecido el 12,8% en el último año.
Competitividad
Para el secretario de Estado de Economía la evolución de los precios presenta algunos rasgos tranquilizadores. Puesto que el Índice de Precios de Consumo que se compara con el resto de Europa aumentó el 3,3% en marzo, el diferencial con la zona euro se sitúa en siete décimas de punto. Y explicó que la distancia hay que atribuirla a un componente tan volátil como el precio de la energía, así como a las subidas de impuestos realizadas. «Ninguno de estos factores se va a trasladar a una pérdida de competitividad de la economía española», argumentó.
El propio Campa basó su confianza en que no se produzcan efectos 'de segunda ronda', es decir, que el encarecimiento del crudo no se traslade a precios finales gracias al sacrificio de márgenes de las empresas y de la retribución de otros factores productivos. El secretario de Estado hizo un llamamiento a los agentes sociales para que la reforma de la negociación colectiva «contribuya a mantener la moderación salarial que se observa desde el tercer trimestre del pasado año».
El servicio de estudios de las cajas de ahorros opina prácticamente lo mismo. Funcas prevé ahora que la inflación se moverá entre el 3,6% actual y el 3,7% hasta el verano, cuando empezará a moderarse para cerrar el ejercicio en el 2,8%. La fundación de las entidades de crédito ha corregido al alza sus anteriores estimaciones en cinco décimas, y ahora calcula que la tasa media del año se situará en el 3,5%, punto y medio por encima del objetivo de estabilidad de precio que mantiene el Banco Central Europeo para el conjunto de la zona euro.
Los expertos de Funcas también piensan, al igual que el secretario de Estado de Economía, que, al menos de momento, el traslado del encarecimiento de la energía al resto de la cadena productiva ha sido «prácticamente nulo». Con una demanda casi estancada, no están los tiempos para repercutir aumentos.
Por encima de la media general crecieron los precios en marzo el 1,1% en Ceuta y Melilla, el 1% en Navarra, el 0,9% en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Galicia y el 0,8% en Aragón, Castilla y León, Extremadura y el País Vasco. Las alzas fueron del 0,7% en la Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia. Por debajo del promedio, el aumento fue del 0,6% en Cantabria y Cataluña, del 0,5% en Asturias y La Rioja, y del 0,4% en Baleares.