Raúl ensombrece al campeón
Actualizado:El 2-5 para el Schalke de la ida marcó un partido de vuelta que resultó un homenaje al equipo alemán y a la trayectoria europea de Raúl. Escasas esperanzas mostró el Inter, un equipo al que nunca se intuyó la capacidad de marcar los cuatro goles necesarios para acceder a semifinales. Porque, al contrario de lo que esperado, los de Leonardo salieron con una apuesta por el control del balón y la paciencia para empezar el partido. Así se perdió la primera media hora de partido, con los futbolistas del Inter trazando jugadas insulsas y los locales aguardando en su campo sin estrés.
Ante la escasa exigencia de los campeones de Europa de la pasada edición los germanos aparcaron su prudencia y empezaron a buscar a Raúl, el faro que esperaba en el campo contrario con el trabajo y la ilusión de alguien que vivió hace ocho años sus últimas semifinales. Fue precisamente el delantero madrileño el que exprimió las flaquezas de los visitantes gracias a su compatriota Jurado en un gran servicio del exatlético antes del descanso. En la jugada los centrales se abrieron hacia las bandas y Raúl se plantó solo ante Júlio César para burlarle, sumar su quinto gol europeo esta temporada y acabar con cualquier crédito italiano antes del descanso.
La segunda mitad consistió en un cumplido al conjunto alemán por su trabajo bien hecho y a sus jugadores más destacados. Raúl suma récords -máximo goleador de las eliminatorias de la ‘Champions’ junto a Shevchenko- y seguidores en Alemania. A su lado se acentúa la movilidad de Jurado y Baumjohann y la figura de Neuer, ídolo local y gigante hasta ahora en la portería. Incluso Höwedes recibió su ayuda para su gol ante el delirio de sus aficionados y la presencia de sir Alex Ferguson, entrenador de su rival en semifinales.
En cuanto al Inter, Leonardo demostró una escasa capacidad de reacción y un mal planteamiento, ya que sus jugadores sólo alcanzaron la cifra de cinco tiros a puerta. Escasa actitud para un campeón que sólo anotó en un descuido rocambolesco en un saque de esquina. Ha pasado un año y dos entrenadores –Benítez y Leonardo- para transformarse en un equipo desdibujado y sin la presión competitiva que grabó a fuego Mourinho.