Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
No hubo incidentes ni ingresos hospitalarios. :: J. SELLART/EFE
Sociedad

Prietos y brillantes

Salou acoge por décimo año consecutivo su Saloufest: 7.250 universitarios británicos en busca de sol, alcohol barato, ardores playeros y diversión 'low cost'

JULIÁN MÉNDEZ
Actualizado:

La Saloufest ha regresado a su hogar en Tarragona para asombro de los miles de honestos jubilados españoles del Imserso que remojan sus años y sus juanetes en las cálidas aguas del Mediterráneo. En esta primera tanda han llegado cinco mil. Cinco mil universitarios británicos decididos a desmandarse por todo lo bajo durante cuatro días de pasión, sudor y alcohol. Todo el lote: viaje en autobús de 24 horas atravesando el Canal de la Mancha y Francia de cabo a rabo, pensión completa en hoteles y apartamentos de tres estrellas y entrada libre a competiciones deportivas, les sale por entre 300 y 450 euros. Una bicoca.

Un chollo al que hay que sumar el libre trasiego de cerveza, mucha cerveza, y bebidas espirituosas de alta graduación a moderados precios peninsulares. Una ganga para los bolsillos sajones. El litro de kalimotxo, que viene a ser una especie de patrón universal del bebercio, se vende en Salou a un euro. Nadie oculta que se trata de un turismo barato, de vodka, sangría y braga náutica. Pero ¿qué quieren? Los tiempos no están para ponerse exquisitos. «Estamos en temporada superbaja y estos 7.250 chicos van a dar vida a Salou: alojamiento, transportes, lavandería, hostelería, instalaciones deportivas...», indica Doreen Straatman, responsable de la agencia receptora Sol Active Tours.

Su correspondiente británico, el tour operador que organiza el Saloufest, se llama I Love Tours. Debido a las presiones del ayuntamiento tarraconense, la mayorista ha bajado el pistón de sus reclamos publicitarios, evitando las referencias explícitas al sexo y al alcohol en sus pasquines. Sin embargo, internet acoge miles de fotografías y vídeos con los excesos, los cánticos, los berridos y los stripteases de los visitantes británicos en Salou. Son sus trofeos y ruedan por las redes sociales como tarjeta de visita de una fiesta en toda regla. La mullida arena de la playa tarraconense es el escenario favorito para estas grabaciones: hay competiciones de beber litros, de amantes ocasionales y todas esas cosas... ¡Ah! y si Salou no atiende esta oportunidad (se estima que los ingleses dejan en la localidad del orden de 5 millones de euros), no les faltarán anfitriones a estos chicos. Esta misma semana, Rímini (en Italia) y Amsterdam acogen fiestas como las de Salou.

El tanga de Borat

A los británicos les chifla disfrazarse. En Salou, donde ya hace calorcito, podríamos decir que lo que les gusta es desnudarse. Directamente. Esta semana será, por decirlo en corto, un desfile de cachas, nalgas y pechos al aire: con 'suje' y sin. I Love Tours ha animado este año a sus viajeros a disfrazarse de personajes de película, de superhéroes, de deportistas vintage años 70 y de... Tight and Bright: algo que podríamos traducir como 'prietos y brillantes', lozanos y prometedores, una cita para escogidos sin complejos y del que Borat, en su tanga 'huevero', sería el epítome.

«El cliente joven es un cliente más dentro de la oferta de Salou. No son el grueso de nuestro turismo. El 34% de los visitantes viene con hijos menores de 16 años. El 70% de nuestros turistas a lo largo del año son familias», argumenta Ramon Tibau, portavoz de la alcaldía de Salou. «Tenemos una ordenanza de civismo: queda prohibido molestar a los vecinos y la Policía tendrá especial sensibilidad al respecto. Estos jóvenes universitarios- señala Tibau a V- no provocan más alboroto que los miles de visitantes que nos llegan cada verano».

La alianza de civilizaciones debe ser esto. Abuelillos castellanos dándose una alegría bailando 'Los Pajaritos' y piropeando a senectas teutonas y, al otro lado de la acera, y sin montar un pollo por ello, esta manada de futuros caballeros y damas, marcando paquete y trasegando litros y litros, enseñando las tetas y haciendo calvos entre hurras, vivas y graves melodías grupales. «Pasan el primer día en autobús, luego dos días de competiciones... es normal que aprovechen el día libre para su ocio», acota la holandesa Doreen Straatman.

La primera jornada se cerró sin incidentes notables y con tan 'solo' cuatro atendidos por ingesta abusiva de alcohol.