Las fuerzas de seguridad sirias matan a tiros a otras nueve personas

La represión y los muertos van en aumento en Siria a pesar de las promesas del presidente Bashar el-Asad y el desmentido constante de las fuerzas de seguridad de que utiliza fuego real contra las protestas que exigen cambios políticos. Pero la realidad desnuda cualquier intento de engaño, como lo demuestran las nueve personas que perdieron ayer la vida, entre ellas un niño de once años, por disparos de las fuerzas de seguridad en dos localidades del noroeste. La nueva matanza se suma a otras que han incrementado la nómina de caídos hasta casi doscientos.

El Comité Sirio de Derechos Humanos informó de la muerte de cinco personas, entre ellas el menor, en Homs. Otras cuatro perecieron en Baniyas, junto al Mediterráneo, donde también se registraron dos heridos graves, también menores. La organización, que citó testigos, señaló que se produjo «un gran número de muertos y heridos» cuando las fuerzas de seguridad atacaron a los fieles congregados en una mezquita en Baniyas.