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Jerez

Una iglesia sin cimientos que se convirtió en objeto de robos

V. MONTERO
JEREZActualizado:

Considerada como una catedral por su magnificencia, la Iglesia de Santiago se remonta a 1430, año en la que está fechada la Capilla de la Paz. Junto con San Miguel, es uno de templos con más tradición entre los jerezanos que hace seis años que no pueden casarse ante su altar, bautizar a sus hijos o asistir a misa entre sus bancos.

La historia de este templo está plagada de declaraciones de ruina, de algún que otro hundimiento de pilares, de gárgolas estrelladas contra el suelo y de intervenciones de urgencia para evitar derrumbes. Prácticamente en todos los siglos desde que fue construida, ha sido objeto de alguna remodelación y parece que el XXI no iba a ser menos. También de aquellas rudimentarias actuaciones se derivan los actuales problemas de un edificio que no tiene apenas cimientos: «La iglesia se basa en el equilibrio de los empujes -resume el responsable de Patrimonio de la Diócesis de Asidonia-Jerez, Enrique Soler- y en los años 50 se sustituyó uno de los pilares originales por otro de hormigón que desequilibró el resto del conjunto. A eso hay que sumarle los problemas que siempre padeció en la fachada y que la torre está sustentada solamente por un arco». El riesgo de hundimiento está ya salvado pero aún quedaría una actuación importante de renovación de solería (está totalmente levantada por la obra), adecentamiento y restauración general.

Mientras tanto, la falta de vigilancia del templo ha provocado que ya se hayan producido allí algunos hechos delictivos. Ha habido robos tanto de material de obra como de unas valiosas piezas de bronce que pudieron recuperarse. «Se ha trasladado todo lo que se podía mover pero hay elementos que no se pueden quitar como las rejas, las puertas o el gran lienzo de la batalla de Clavijo», apuntó Soler.