Los arrestos apuntalan la tesis policial sobre una reorganización de ETA
Los expertos creen que la banda se está desplazando hacia el norte de Francia para asegurar su superviviencia
Bilbao Actualizado: GuardarLa detención de los dos etarras tras un larga persecución y tres tiroteos -en el que un gendarme resultó herido- , así como los últimos movimientos de la banda, han confirmado las sospechas que desde hace varias semanas albergan las fuerzas de seguridad sobre una hipotética reorganización de la banda. Según esta tesis, sostenida por diferentes responsables policiales, ETA se encontraría en estos momentos en una fase de creación de nuevas estructuras, más alejada del País Vasco y más preocupada por garantizar su supervivencia que por los avatares de las distintas iniciativas políticas que se están llevando a cabo en el País Vasco.
Los indicios más recientes sobre los movimientos de la banda están fechados el 10 de marzo, cuando las fuerzas de seguridad detuvieron en la frontera entre Bélgica y Francia a los dos jefes de ETA Alejando Zobarán, 'Xarla', y Mikel Oroz, 'Peru'. Ambos activistas estaban celebrando una reunión de alto nivel en la que, según diversas fuentes, el objetivo era analizar precisamente la nueva organización de la banda.
El hecho de que se encontrasen tan al norte evidenció, por otra parte, las sospechas policiales de que la banda se está alejando del País Vascofrancés, donde la presión policial les bloqueaba ya cualquier movimiento. Once días más tarde, la Policía gala detenía a Jone Lozano cuando trasladaba 54.000 euros en metálico. Dada la situación de la banda y el hecho de que las cartas de extorsión no han llegado desde finales del año pasado, esta operación se interpretó como un movimiento de ETA que intentaba cambiar de escondite sus reservas económicas.
Estos movimientos, por otra parte, se sumaban a otros indicios como el robo de material para falsificar documentos de identidad, perpetrado en diciembre en Bourg de Peage. Un asalto, por otra parte, que se produjo semanas después de que ETA anunciase el «cese de las acciones ofensivas armadas». En ese tiempo, sin embargo, los terroristas no han dejado de robar automóviles para garantizarse la clandestinidad de sus desplazamientos por Francia.
La última operación -la detención de Oier Gómez Mielgo e Itziar Moreno- arroja también varios interrogantes y los erráticos viajes de los terroristas hacen pensar que estaban intentando proteger a otra persona o algún escondite de máxima importancia para la banda. Este hecho podía indicar que se está cambiando la ubicación de zulos o pisos de seguridad.
No obstante, los indicios negativos de las últimas fechas también habían sido tenidos en cuenta por los expertos policiales a la hora de valorar una reorganización de la banda. Uno de ellos son las continuas detenciones de miembros de Segi en el País Vascofrancés. Según los expertos, que la banda no haya querido que ninguna de estas personas -huidas del País Vasco- pase a ingresar las filas de los comandos y que no se hayan utilizado sus aparatos de acogida para esconderlos evidencia la debilidad de la organización, pero también su decisión de no contar con elementos que puedan estar 'quemados' -controlados por las fuerzas de seguridad-.
En este sentido, una de las hipótesis policiales es que la banda esté intentando poner en marcha una organización mucho más pequeña y con mayores niveles de seguridad. En esos planes, incorporar ahora a nuevos militantes supondría aumentar los problemas de clandestinidad y tener que hacer frente a problemas en un momento de debilidad.
Verificación internacional
Según los análisis de los responsables de la lucha antiterrorista, en la actualidad la banda estará formada por menos de un centenar de terroristas. En ese contexto, los expertos creen que las reservas económicas con las que la organización encaró la tregua les permiten asegurarse un largo periodo de tiempo sin tener que volver a recurrir a las cartas de extorsión. El 'impuesto revolucionario' permanece desactivado desde el año pasado. Esta es una de las exigencias políticas que desde distintos ambitos 'abertzales' y de sus contactos internacionales se están haciendo llegar a la banda para que su alto el fuego tuviera credibilidad.
Pero el tiroteo, de acuerdo al escenario político, se produce en uno de los peores momentos para ETA. El pasado 27 de marzo, la organización terrorista ya anunció su disposición a someterse a una «verificación internacional informal». Días después, el grupo creado por el abogado sudafricano Brian Currin -autodenominado Grupo Internacional de Contacto (GIC)- anunció su disposición a comprobar el fin de la extorsión de ETA. En un principio, esta comprobación no tenía ningún problema puesto que los propios colectivos de empresarios han asegurado en varias ocasiones en público que ya no llegan cartas amenazadoras de ETA.
La última acción de la banda, sin embargo, complica la actuación del grupo de Currin en un momento en el que sus mensajes estaban dirigidos al Gobierno central para que moviera pieza ante las iniciativas etarras. El tiroteo, en el que un agente resultó herido, evidencia que la banda se encuentra activa pese a que haya cesado la extorsión y cuestiona la credibilidad de la organización.