Una matanza en un centro comercial con seis muertos conmociona Holanda
Un joven armado con una ametralladora destroza la tranquilidad de una jornada de compras en una ciudad cercana a Amsterdam
AMSTERDAM.Actualizado:«Era muy alto y vestía un pantalón de camuflaje. Andaba sin prisa, matando a sangre fría». Así describía ayer una testigo al joven de unos 20 años que irrumpió a tiros en la que hasta el mediodía era una agradable jornada de compras en el centro comercial Ridderhof de Alphen aan den Rijn, una ciudad de 70.000 habitantes emplazada a 25 kilómetros al suroeste de Amsterdam.
El complejo comercial, abarrotado en la primera jornada primaveral en la que el tiempo realmente acompañaba a salir de casa, se convirtió en cuestión de segundos en un infierno de confusión, clientes aterrorizados y encargados de tiendas que cerraban las persianas a toda prisa a medida que oían silbar las balas.
El autor de la matanza que mantiene conmocionada Holanda llegó al centro comercial a bordo de un vehículo que la Policía registraría después en busca de explosivos. Era rubio, con el cabello largo, y llevaba una cazadora de cuero marrón, tipo aviador. Armado con una ametralladora, y al parecer en un estado de visible agitación, comenzó a disparar contra los clientes de Ridderhof, matando al menos a seis e hiriendo a otros once antes de quitarse la vida, presumiblemente con un arma corta, junto a la zona de cajas del supermercado.
Según diversos versiones de los testigos, el episodio de horror pudo durar hasta 20 minutos. «Dos personas cayeron al suelo cerca de mí. Otras se acercaron para ayudarlas, pensando que se encontraban enfermas, hasta que comprendieron que había alguien disparando», relató Mehdi Atta. «Todo el mundo corría. No llegué a ver al tirador, solo pensaba en huir».
El alcalde en funciones de Alphen aan den Rijn, Bas Eenhorn, confirmó la cifra provisional de víctimas y no descartó que entre los muertos y heridos pudiera haber niños. La portavoz de la Fiscalía, Kitty Nooy, reveló que el autor de la matanza actuó solo, tenía un historial penal y había nacido en la misma ciudad holandesa en la que cometió el crimen. «Creemos a veces que este tipo de cosas solo ocurren en el extranjero. Uno no espera que semejante baño de sangre pueda suceder en Holanda», reflexionó el experto en terrorismo Glenn Schoen.