EL PSOE NO QUIERE GANAR
Actualizado: GuardarParto de la base de que a nadie le gusta perder cuando compite en algo. Como mucho, uno puede considerarse inferior al contrincante, pero, aún así, no baja los brazos a las primeras de cambio; intenta al menos ponerle en un aprieto. Aunque solo sea por aquello de apurar las escasas posibilidades que puedan existir de dar la campanada. Por orgullo, por dignidad, por sentirse bien consigo mismo... Y por decencia. Pero hay quienes siempre parecen empeñados en demostrar todo lo contrario, que no tienen ningún interés en ganar.
Algo así es lo que parece estar sucediendo de un tiempo a esta parte en el PSOE. Están empecinados en mantenerse en una especie de bucle sin salida que está arrastrando al partido en Jerez, en la provincia y en Andalucía al abismo. Es como si quisiese hacer todo lo posible para perder las elecciones, unas y otras. O al menos eso es lo que transmite, porque lo suyo es realmente para completar un manual sobre cómo no hay que hacer las cosas en política.
Lo que han hecho y están haciendo en Jerez es sobradamente conocido por casi todos. El partido está fracturado, con dos bandos abiertamente enfrentados desde hace tiempo. La confirmación de Pilar Sánchez como candidata fue de lo más controvertida, con intentos de instancias superiores del PSOE, con la dirección provincial al frente, por desbancarla y colocar a otra persona en su lugar para amortiguar el más que previsible descalabro electoral el 22 de mayo. Y lo de la posterior confección del resto de la lista tampoco se quedó atrás. La incertidumbre sobre quiénes la configuraban se prolongó hasta el límite, hasta minutos antes de la asamblea de militantes que después la ratificó. Y, encima, el respaldo, aunque mayoritario, no fue precisamente lo que se dice aplastante.
Ahí sigue lo de la mutua antipatía entre el secretario provincial del PSOE, Francisco González-Cabaña, y Pilar Sánchez. Eso no tiene ni cura ni remedio ya. También los efectos de la dimisión de Luis Pizarro tras la destitución del delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Gabriel Almagro, que ha hecho que la crisis en el seno del PSOE andaluz se haya convertido ya en una especie de Gran Hermano político. Y de los escándalos de los ERE, de Mercasevilla y demás casi mejor no comentar nada porque darían para un periódico entero.
Lo tiene complicado el PSOE; en las elecciones andaluzas del año que viene y en Jerez en las locales del próximo 22 de mayo. Sobre todo en esta ciudad, ya que a las circunstancias ya señaladas y la tan manida crisis económica hay que sumarle una gestión más que controvertida del Ayuntamiento durante los últimos cuatro años. Pero es que, como apuntaba al principio de este artículo, ellos mismos, los socialistas, tampoco se están ayudando demasiado a sí mismos. Aunque rectifiquen de aquí a las elecciones, posiblemente no sirva de mucho. Sería demasiado tarde.