Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

¿QUÉ SE DEBE, SEÑOR TRICHET?

MANUEL ALCÁNTARA
Actualizado:

El presidente del Banco Central Europeo, disfrazado de 'cobrador del frac', se dispone a subir los tipos de interés hasta el 1,25. Es la primera vez que pasa eso en dos años, pero no será la última.

La zona euro ha entrado en una fase de crecimiento inverso que amenaza con disparar la inflación, que tiene una puntería magnífica y donde pone el ojo pone el precio. Incluso yo entiendo en qué consiste ese desajuste entre la demanda y la oferta. ¿Cómo no creer en los fantasmas después de haber visto tantos? El que ahora recorre España pisándose las sábanas ha elevado el nivel de los gastos en la misma medida que rebaja nuestro nivel de vida. El alza de los tipos nos va a costar a los españoles otros 8.000 millones de euros, pero lo que queremos saber es a cuánto salimos cada uno.

Pagando a escote hay muchos heridos, pero ningún muerto, se suele decir juiciosamente en las tabernas, que han sido siempre una conjunción de aula y de casino. Nos interesa saber qué se debe de momento, señor Trichet, ya que usted ha sugerido que tras este habrá nuevos incrementos.

En la Europa de dos velocidades nos damos por contentos si somos los penúltimos y por eso amamos más que nunca a Portugal. Parece que por ahora nos hemos librado del contagio del rescate pero no debemos olvidarnos de que somos uno de los llamados «países periféricos», con todo lo que esta situación geográfico financiera implica. ¿Cómo explicarle al señor Trichet que la subida de tipos nos pilla en un mal momento y complica nuestra ilusoria recuperación? ¿No podría usted esperar un poco más? Estamos hipotecados y nadie nos perdona nuestras deudas, así como nosotros no perdonamos a nuestros deudores. Hay que tener en cuenta el estado de las nuestras. ¿Qué va a costarnos a cada uno de nosotros la facturita conjunta? ¿Qué hemos roto, señor Trichet? No apriete demasiado, no sea que tenga que hacer submarinismo para rescatarnos. Estamos con el agua al cuello, pero nos da en la nariz que la subida de los tipos de interés apesta.