Vuelta al cole en Fukushima
La escuela de Shimizu, al norte de Fukushima, sigue en pie y quedan maestros suficientes para cumplir con la agenda escolar
Actualizado:Más inglés, desfiles y caligrafía
La disciplina nipona no admite excepciones; da igual que todavía le tengas miedo a los monstruos que anidan bajo la cama. ¡El deber es el deber! La escuela de Shimizu, al norte de Fukushima, sigue en pie y quedan maestros suficientes para cumplir con la agenda escolar. Razón de más para iniciar el curso como todos los años. No hay tiempo que perder: hay que repasar el inglés, ejercitar el paso en los desfiles marciales que tanto gustan en Japón y desempolvar el pincel para las clases de caligrafía. Nada nuevo.
La central nuclear no afecta a la rutina de estos niños. Según las autoridades de su país, los niveles de radiactividad en los 1.400 colegios y guarderías de Fukushima están bajo control. Ahora bien, una puntualización: siempre y cuando no se franquee la zona de exclusión, es decir, un radio de 30 kilómetros en torno a la planta. Ahí todavía bulle el infierno, la concentración de radiactividad es letal. Así que, visto lo visto, algunos padres no pueden disimular su inquietud. ¿Cómo reaccionar ante la altísima contaminación detectada a más de 40 kilómetros? ¿Hasta dónde llegarán los efectos de Fukushima?