El Madrid remonta hasta Barcelona
Los blancos vuelven a la 'Final Four' 15 años después, gracias a su defensa y a su capacidad para superar la presión ante un Valencia que se hundió tras el descanso
MADRID Actualizado:El Real Madrid no falló en su partido más importante de los últimos tiempos para, 15 años después, regresar a la 'Final Four', el objetivo que se marcó Ettore Messina y que ahora ha quedado en manos de su ayudante, Emanuele Molin, y de un irregular equipo que ha tenido que afrontar una dura eliminatoria de cuartos ante el Power Electronics, la más competida de todas. Han tenido que pasar tres lustros para el Madrid esté otra vez entre los cuatro mejores de Europa. Y para disfrutarlo por partida doble, ya que la lucha por el título será en Barcelona y ahí no estará el equipo azulgrana. Irónicamente, será el Sant Jordi el que acoja el regreso del Madrid a una Final a Cuatro que el club más laureado de Europa ganó por última vez en 1995 y al que ahora se le conceden escasas posibilidades de gloria, aunque para los blancos ya es un éxito la clasificación. Para el Valencia, sin embargo, ha sido un milagro mantener aspiraciones hasta el último partido.
El rival del Madrid en semifinales será el Maccabi, el viernes 6 de mayo, y el sueño es disputar la final contra el Panathinaikos de Obradovic, el que se presentará con el cartel de gran favorito, o contra el Montepaschi Siena. De momento, el Madrid ha dado un paso adelante para recuperar el respeto en el continente, obligado tras remontar ante el Power un choque que se le complicó demasiado al principio, acogotado por los nervios y la obligación de ganar. Sin embargo, el Madrid fue de menos a más e impuso su ley gracias a su defensa, a la superioridad en el rebote (45, 17 de ellos ofensivos, frente a los 36 del conjunto de Pesic), y a su capacidad para superar la presión.
El Valencia, sin un solo punto del base americano Cook, se hundió tras el descanso, con De Colo muy apagado y con Javtokas castigado por las faltas, sucumbió frente al trío Tucker-Suárez-Reyes. No dispone de un tirador letal este Madrid que solo acertó 8 de 25 triples, pero frente a un Valencia maniatado en ataque y sin fondo de armario, ganó la batalla en otras zonas y, sobre todo, tuvo autoridad por dentro con Tomic y, sobre todo, con Reyes, el olvidado por Messina a quien no se le recordaba un encuentro tan completo. Entre Reyes (10 capturas), Suárez (otras 10) y Tomic sumaron 29 rebotes y dejaron en evidencia el juego interior del Valencia, pese al partidazo de Savanovic, el único arma de un Power que sucumbió en la recta final en la que se impuso el orgullo, la defensa, y los recursos superiores del Madrid.
Porque cuando el Valencia se acercó a cuatro puntos (62-58) a falta de solo dos minutos, este Madrid que ha llegado a la 'Final Four' a base de arreones individuales, sin baloncesto que enamore, apretó otra vez los dientes y sepultó a Pesic y los suyos.
Presa de los nervios
Tuvo que sufrir el Madrid, porque su estado de nervios en el primer cuarto fue tal que apenas superó la decena de puntos, y gracias al único jugador que entonces dio la cara, Carlos Suárez, porque sus compañeros estaban negados frente a un rival que desde el inicio tomó la iniciativa y comenzó a crecer con un inmenso Savanovic: nueve puntos en ese parcial. Asustados tanto lo blancos, nadie asumió la responsabilidad, mientras el Valencia fue haciendo su trabajo buscando al ala-pívot serbio, que desquició en el arranque a Reyes y Tomic. La defensa del Valencia, además, provocó continuas pérdidas del Madrid, con un Llull demasiado alocado durante todo el duelo -acabó otra vez lesionado en la rodilla- y sin un plan con el que romper la solidez 'taronja', perjudicado muy pronto por las personales de Javtokas. Lo terminaría pagando el Valencia sin esa fuerza interior.
Llegó a ponerse 10 arriba (13-23) el Power en solo 12 minutos, con el Madrid como un flan, y entonces se encendieron las alarmas en la Caja Mágica. Había que poner fin al despropósito, porque el equipo de Molin seguía maniatado. Y la salvación llegó desde el exterior, porque lo arregló Tucker al final con tres triples consecutivos, porque si no, el Madrid hubiese cerrado el primer tiempo con tres de nueve lanzamientos desde fuera. Un pleno completo del americano que hizo resurgir a los blancos hasta acercarse a un solo punto (37-38) al filo del descanso. Entonces, el Madrid que siempre había ido a remolque, salió fulgurante, de la mano de Suárez, dispuesto a sentenciar en el tercer cuarto. Y lo consiguió. Ahí estuvo la clave. Le devolvió al Power su corto marcador del primer cuarto con una defensa insuperable ante la que se cegó el Power. Además, en ese momento se acabó el miedo, y casi todos se dieron cuenta de que había que aportar en ataque. El balón quemó mucho menos y el Madrid puso la directa hacia Barcelona. Con la ventaja adquirida no importó que los blancos se estrellasen desde el perímetro en el cuarto final, porque su sacrificio defensivo dejó sin recursos al Valencia.