
Un aislado Gbagbo negocia su rendición
El líder marfileño dice que solo se discute un alto el fuego y rechaza reconocer la derrota
Actualizado: GuardarLaurent Gbagbo negó anoche al canal francés LCI, que le entrevistó vía telefónica, que se haya rendido -«solo se discute un alto el fuego»- y aseguró que tampoco reconoce la victoria de Alassane Ouattara. Sin embargo, fuentes oficiales cercanas al presidente saliente de Costa de Marfil aseguraron que negociaba su entrega y pedía la protección de la ONU.
El ministro galo de Exteriores, Alain Juppé, reconoció ayer la existencia de esas negociaciones, conducidas por dos oficiales del presidente marfileño. El acuerdo precisaba del reconocimiento por escrito de la autoridad de Ouattara como nuevo mandatario y el establecimiento de las condiciones de seguridad para la partida del líder derrotado y su familia, refugiados junto a los miembros del Gobierno en un búnker de la residencia oficial. París ya había hecho llegar a la misión local de Naciones Unidas su interés en preservar la integridad física del gabinete.
En una intervención en la Asamblea Nacional, Juppé aseguró que los combates habían cesado en Abiyán, la capital económica marfileña y último escenario de los enfrentamientos entre ambos bandos. Asimismo, manifestó la intención de retirar las tropas de la 'operación Unicornio' y la necesidad de que los cascos azules lleven a cabo un nuevo despliegue en el país tras el escenario abierto si se producía la partida de Gbagbo. Gérard Longuet, titular de Defensa, afirmó que la situación crítica que vive el país africano se resolverá «en las próximas horas».
A las conversaciones para la posible marcha del dirigente se refirió también Ramtane Lamamra, el líder mauritano y comisionado de la Unión Africana. En rueda de prensa, el representante del organismo se refirió a la disposición de Gbagbo a renunciar, aunque advirtió sobre la posibilidad de que ello no implique necesariamente el fin de la contienda. «Nosotros, desde luego, no estaríamos felices con una solución inmediata que divida aún más profundamente la nación, el país, las Fuerzas Armadas y que suponga la continuidad de una prolongada guerra civil», manifestó.
El alto el fuego previo a la supuesta rendición habría sido negociado por Alcide Djédjé, el ministro de Exteriores del Gobierno Gbagbo, y al que se suponía refugiado en la Embajada francesa. Fuentes militares ya había confirmado la deserción efectiva de Bruno Dogbo Blé y Edouard Tiapé Kassaraté, dos altos oficiales, y de Boubacar Koné, jefe de protocolo de la Presidencia.
Las tropas de Ouattara irrumpieron el viernes en el centro de la ciudad, de unos cinco millones de habitantes, tras ocupar toda la costa marfileña, hasta entonces bajo control gubernamental. A pesar de la defección del Ejército, la Gendarmería y la Policía, el presidente pudo resistir gracias al apoyo de su guardia personal y el movimiento de los Jóvenes Patriotas.
En su ofensiva final del lunes, Ouattara desplegó 4.000 soldados y decenas de carros de combate. Además, contó con el apoyo conjunto de las fuerzas francesas y la Onuci, empleados a fondo contra el palacio presidencial, la residencia oficial y las bases militares gubernamentales.
Irrupción en el hotel
A lo largo del lunes también se produjo el secuestro de cuatro extranjeros, dos de ellos franceses, por un grupo de hombres armados que irrumpieron en el hotel donde se alojaban. Las tropas de la 'operación Unicornio' protegen a unos 2.000 refugiados en el recinto de la embajada y la base de Port Bouet, aunque los franceses constituyen un colectivo de unas 11.000 personas. París ha anunciado que averiguará el motivo del rapto de sus nacionales y también recomienda a la comunidad gala que abandone el territorio ante la degradación de las condiciones de seguridad. Ayer, fuentes consulares españolas reconocían que la situación se encontraba «en un momento álgido», pero Exteriores negaba la existencia de un plan de repatriación para el conjunto de los 150 ciudadanos de nuestro país que viven en Costa de Marfil.