El Banco de España pide facilidades para que las empresas puedan saltarse los convenios
Defiende que millones de desempleados aceptarían, si se les ofrecieran, salarios acordes con su productividad
MADRID.Actualizado:La economía española aún no ha salido de la fase de ajuste y el año 2011 será duro, no solo para la banca, sino para la mayoría de los agentes económicos. Tampoco está todo ganado en el terreno de la credibilidad, porque la confianza de los mercados 'è mobile' puede perderse con facilidad. En tan difícil contexto el gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, exigió profundizar en las reformas -«el optimismo solo puede estar condicionado a que no se detengan», afirmó- y se volcó en los cambios en la negociación colectiva, ahora en la mesa de los interlocutores sociales.
Millones de desempleados aceptarían salarios acordes con su productividad si los empresarios españoles pudieran ofrecérselos, pero la rigidez de las actuales normas lo impide, dijo, y abogó por suprimir un marco «que pone trabas a la creación de empleo». Es un discurso que los sindicatos rebaten instando al gobernador a «hacer bien lo que tiene que hacer», es decir, la reestructuración del sistema de crédito, y este mismo argumento lo utilizó el ministro de Trabajo. Valeriano Gómez rebatió las descalificaciones del gobernador -el mercado laboral español es «obsoleto e ineficiente», había dicho- para, tras admitir que «no es el mejor del mundo», apuntar que en el origen de los problemas estuvo el mercado financiero.
La novedad reside, en este caso, en que Fernández Ordóñez pone ahora el desempleo en el foco de sus inquietudes. «Nadie tiene derecho a insinuar la mínima satisfacción» tras conocer los datos de la evolución del mercado laboral en marzo, un mes en el que se registraron 4,33 millones de parados, censuró.
Pero el gobernador del Banco de España fue más allá y aseguró que reducir el paro y aumentar el empleo no es solo un objetivo social irrenunciable, sino que se ha convertido en «capital» en esta coyuntura. Si conseguimos acercar el marco laboral al de nuestros socios europeos se produciría una recuperación del empleo más rápida e intensa, lo que tendría efectos más allá del bienestar de los trabajadores. El saneamiento de las cuentas públicas sería más fácil, y la reducción de la morosidad «animaría la concesión de créditos».
El Ministro de Trabajo no cree que la solución pase por acabar con la trama de protección laboral que representan los convenios de diferentes niveles. En un acto organizado por la consultora KPMG, Valeriano Gómez reconoció que España necesita «un largo periodo de moderación y sensatez salarial» al no estar en condiciones de «financiar una espiral salarial en los próximos lustros». Reconoció que si los salarios suben por encima de la productividad, con el tiempo acaban con la empresa y la economía en su conjunto.
Más reformas
Frente a las tesis del Banco de España de vincular salarios y productividad, Gómez defendió la construcción de un sistema que tenga en cuenta el coste de la vida, es decir, la evolución del Índice de Precios de Consumo, y que sirva para eliminar el histórico diferencial de inflación con la Unión Europea.
El discurso del gobernador del Banco de España no se aleja del que mantiene el mismísimo presidente del Gobierno. En la sesión de control al Ejecutivo durante el pleno del Senado, José Luis Rodríguez Zapatero advirtió de que para garantizar de manera definitiva que España ha recuperado la confianza de los inversores internacionales se deben culminar las reformas pendientes -negociación colectiva, sistema financiero- y continuar y consolidar una serie de cambios estructurales en el ámbito laboral, de la competencia y de las telecomunicaciones.
Cuando se acaben de ganar «la confianza, la solvencia y la credibilidad», se consolidará el crecimiento económico y se generará empleo, comprometió.
Miguel Fernández Ordóñez sugirió, en un posterior diálogo con los periodistas que asistieron al acto, otras reformas que el Gobierno podría poner en marcha en lo sucesivo. La Comisión Nacional de Competencia -evocó- ha calculado que los márgenes de las petroleras son un 40% superiores a la media de los socios europeos. «Hay que mirarlo todo», concluyó, para insistir en la necesidad de cambiar un marco laboral «que nos distancia de los países más prósperos y sólidos de Europa».
El gobernador del instituto emisor, que restó importancia a los problemas que la delicada situación actual de Portugal pueda acarrear a los bancos españoles -lo que tienen en el país vecino son sus propias filiales- admitió que es malo para la economía española que Portugal vaya mal. Por eso le aconsejó la consabida receta: «reformas, reformas y reformas».