Fechas míticas
Actualizado:Existen fechas que nos traen recuerdos, buenos o malos, pero que han sido importantes en nuestras vidas. Y hay fechas, míticas, que forman parte de nuestro imaginario común. Fechas que, con solo nombrarlas, nos traen a la memoria acontecimientos destacados, pensamientos visionarios o momentos estelares de la historia. Existen fechas míticas, reales o imaginadas, en todos los ámbitos, en la política, en las ciencias, en el arte o en la literatura, por citar algunos de ellos. Imposible no imaginar un mundo de pensamiento único y un Gran Hermano vigilante ante la sola mención de 1984. Otras fechas, estas reales, han marcado de manera especial nuestra sociedad actual. No podemos imaginar la evolución de los sistemas políticos sin un 1789 con asalto de Bastilla incluido. Tampoco nuestra vida sería la misma sin ese artículo de 1929, en el que Fleming nos descubrió la penicilina. Y así podríamos seguir, añadiendo momentos que nos han marcado a todos. Y luego están las fechas míticas por venir. Aquí la cosa está un poco más difícil porque, al margen de otras cuestiones, el ámbito económico está aún en busca del método científico que justifique su denominación como tal. Pero aún así podemos hacer algunas aproximaciones. Y dicen por ahí que el 2012 tiene todas las papeletas para convertirse también en una fecha de referencia. Sinceramente, me cuesta creerlo. Ya han anunciado que esa será la fecha del fin del mundo. Esperemos que no sea así. No tiene sentido tener una nueva fecha mítica que, por motivos obvios, no vamos a poder recordar. Tampoco lo justificaría la celebración del Bicentenario. Aunque a nosotros nos deje el Puente listo, el castillo de San Sebastián arreglado, la visión de los Jefes de Estado paseando por la Caleta, la visita para explicarnos una vez más el avance de las obras del hospital y las últimas noticias sobre las fechas previstas para la Ciudad de la Justicia y la Plaza de Sevilla, todo ello no creo que sea suficiente para que el mundo marque la fecha en el calendario de la Wikipedia. O quizás lo dicen porque en ese año desaparecerán las versiones españolas del 1984 de Orwell, los Ministerios del Amor, de la Paz, de la Abundancia y de la Verdad