en televisión

Ana Rosa se pasó con Arancha del Sol

A la espera de la resolución por el caso Mariluz, la presentadora y su productora deben pagar 100.000 euros por dar pábulo a presuntas infidelidades de Finito de Córdoba

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Ana Rosa Quintana ha logrado con su medio millón escaso de espectadores más repercusión que sus colegas de cadena con registros de audiencia cuatro veces mayores. Pero es un eco demasiado sonoro, que chirría... porque no sopla el viento a favor para la periodista de Telecinco. A la espera de que el juez resuelva si hubo tacha en la actuación de ella y de su equipo por la polémica confesión de Isabel García y el caso Mariluz, le acaba de llegar otra carta con membrete del juzgado. Y son malas noticias.

El Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia anterior de la Audiencia Provincial y ha condenado a la presentadora, a su productora Cuarzo y a dos colaboradoras del programa a indemnizar con 100.000 euros a Arancha del Sol y a Finito de Córdoba por haber vulnerado su derecho al honor y a la intimidad, al dar como noticia los rumores de presuntas infidelidades del torero –ellos reclamaban 300.000 euros–.

Son apenas seis minutos de emisión los días 7 y 14 de febrero de 2005, pero les van a salir a precio de oro. Quince veces más de lo que ganaron con el programa. Porque inicialmente la productora «ocultó» los beneficios generados por la emisión, pero finalmente los cuantificaron en «apenas 3.000 euros al día». Ahora van a tener que desembolsar entre las cuatro partes demandadas 100.000 euros.

En el conflicto judicial con la presentadora y el torero, aluden Ana Rosa y su equipo a la libertad de información, recuerdan que la pareja ha salido en las revistas cobrando y que el programa tenía poca difusión. Pero ninguno de estos argumentos ha convencido al Tribunal Supremo, que ve en los comentarios del programa una intromisión ilegítima en el derecho al honor y la intimidad.

Les afea el juez que no elaboraran un reportaje neutral y les recuerda que los «tajantes» comentarios de crisis matrimonial, «desprovistos de cualquier soporte probatorio», «no responden al interés general sino al deseo de satisfacer la curiosidad morbosa de cierto sector de audiencia».

Directora y accionista

En su defensa, Ana Rosa Quintana insiste en que ella se comportó como «una presentadora aséptica, neutral» e incluso negó los bulos, pero el juez no lo considera así, teniendo en cuenta que «era directora, accionista de la productora e introductora de los temas». «El hecho de que el guión le asignara (a Ana Rosa) un papel a modo de defensora de los personajes frente a la agresividad de las colaboradoras no excluye que estuviera al tanto de lo que iban a decir». En otras palabras, que lo sabía y lo permitió.

Lo que ahora está por resolver es si también le pillaron por sorpresa las palabras de Isabel García. Porque esta es la sentencia que se espera estos días, la que dilucidará si hubo o no delito de coacción en la declaración en directo de la mujer de Santiago del Valle, en la que acusó a su marido de la muerte de la niña Mariluz. La acusación de Isabel, lejos de interferir en la causa judicial en curso, ha abierto una excepcional investigación y ha sentado ante la jueza como imputada a Ana Rosa Quintana y a ocho periodistas más.