Kyrienka, el amigo bielorruso
Andreas Klöden, nuevo líder en un final de etapa que resultó intenso | Joaquín Rodríguez y Samuel Sánchez están en el mismo tiempo que el maillot amarillo
SAN SEBASTIÁNActualizado:Dos días, dos líderes diferentes, dos ganadores distintos, y solo segundos de diferencia entre los mejores, con una general que ya ha comenzado a limpiarse de nombres, a recibir segundos de castigo. Lekunberri alumbró una de esas jornadas en las que el ciclismo alcanza su cénit, algo que sucede cuando se juntan un recorrido espectacular, una participación de calidad, una parte final que obliga a retorcerse a los ciclistas y un día pletórico de sol. Ganaba un corredor de 29 años de edad, Vasil Kiryienka, el 'amigo bielorruso'.
Procedente del mundo de la pista, Kiryienka saltó a la fama en 2008, cuando corría en el equipo ruso Tinkoff y tuvo una actuación muy curiosa en una etapa de la Vuelta a España que finalizaba en Segovia en la que protagonizó una escapada con su entonces rival, y hoy compañero de equipo, David Arroyo.
Le bautizamos con ese apodo de 'el amigo bielorruso'. Estaban escapados esos dos corredores camino de Segovia y el único que dio relevos fue él. Vamos, que Arroyo estuvo todo el rato a rueda, hasta la meta, donde Vasil hizo segundo, como no podía ser de otra forma. Un puesto que en 2007 logró en siete ocasiones. Dijimos entonces que o bien en el coche del Tinkoff iba un tarugo de director, que no vio lo que se le venía encima a su corredor en la meta, o este se ofuscó, hizo gala de una fuerza que no le ha abandonado nunca, y se garantizó el segundo puesto que el primero lo tenía perdido después de la paliza que se pegó.
No ganó esa etapa pero sí consiguió un contrato con el Caisse d' Epargne para 2009. Desde entonces lleva en la estructura de Eusebio Unzue. Perdió una etapa de la Vuelta a España, pero consiguió enrolarse en un gran equipo. No ha parado de conseguir buenos resultados. Es un buen profesional.
Artistas sin máscara
Sin ir más lejos hace pocos días finalizó segundo en una etapa del Criterium Internacional y en la general final. En 2008, además de esos siete segundos puestos citados se impuso en una etapa del Giro. En 2010 fue segundo en una etapa del Tour. Es uno de esos corredores que siempre le han gustado a Eusebio Unzue, cada vez más metido en su papel de manager y menos en el del director, -no le ha quedado otro remedio-, un ciclista que es capaz de trabajar a destajo y también de ganar, como David López, como Xavi Tondo. Corredores que valen para todo.
Beñat Intxausti, que fue quien reventó la carrera en la ascensión definitiva a Azpiroz, tiene condiciones y está en edad de aspirar a mayores logros, aunque tampoco sería malo situarse a donde han llegado sus compañeros. Movistar tiene uno de esos bloques que podría defender a un líder durante quince días, un equipazo al que le privaron de su último líder natural, Alejandro Valverde, que está purgando una sanción de esas que llegaron tarde mal y nunca. Esa otra historia.
Estamos en una Vuelta al País Vasco en la que los ataques se pueden medir por metros, con uno de esos guiones que sólo firmaría un mal guionista, pero que es el que hemos estado viendo durante dos días y el que seguiremos presenciando hasta llegar a Zalla. Primero el pelotón se pega uer campeón del mundo de aficionados en 2008-, quedaban sólo 5.200 metros para la llegada. El corredor del Geox, que llevaba a Rafa Valls en la escapada que mandó durante toda la prueba junto a Iglinskiy, Moinard y Cataldo, fue valiente.
Luego sí vimos a Beñat Intxausti moverse, seguido de Andy Schleck y Chris Horner. Cunego y Frank Schleck intentaron conectar con ellos pero no llegaron. Más tarde les tocaría a Joaquím Rodríguez, Samuel Sánchez y David López. Horner volvería a intentarlo. Al final, en la meta, llegaron juntos veintidós corredores, a dos segundos de Kyrienka. Los grupos de favoritos van perdiendo unidades, pero se mantiene la esencia del estreno de la Vuelta y aparece como líder Andreas Klöden, el ganador de la Vuelta al País Vasco 2000, el gran favorito para la victoria final si Samuel Sánchez no consigue despistarle en algún lado.
El gran favorito a día de hoy, se entiende, porque todo puede ser cambiable en esta carrera, a pesar de lo medidos que van los ataques. Son intensos, fuertes, espectaculares, pero se circunscriben a cinco kilómetros. En dos días hemos visto nueve kilómetros llamativos y un rodar que termina tensionándose cuando se huele el objetivo. Este es el ciclismo que nos ofrecen y hay que disfrutarlo cuando los artistas se quitan la máscara.