Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Almagro y Pizarro dieron una rueda de prensa ayer antes de conocer los planes de la Junta. :: MIGUEL GÓMEZ
crisis en el psoe

La dimisión de Pizarro escenifica la ruptura de la ejecutiva regional con el PSOE gaditano

El consejero de Gobernación y Justicia presenta su renuncia a Griñán tras conocer la intención de destituir a Gabriel Almagro

CÁDIZActualizado:

Se veía venir, pero nadie lo esperaba tan pronto. La ejecutiva regional del PSOE quería poner en su sitio a la gaditana, y su punta de lanza en la Junta, Luis Pizarro, se lo ha puesto en bandeja.

Los rumores y los hechos se sucedieron ayer a un ritmo vertiginoso, y eso que a media mañana, con Gabriel Almagro y Luis Pizarro haciéndose una foto -que a la postre resultó ser la de la despedida-, nadie imaginaba que los dos tenían las horas contadas como miembros del Gobierno andaluz.

Poco después del mediodía los primeros medios comenzaban a hacerse eco de la bomba informativa: «Luis Pizarro presenta a José Antonio Griñán su dimisión como consejero de Gobernación y Justicia». Su renuncia tuvo como origen la decisión de la cúpula regional de destituir de su cargo de delegado de Gobierno de la Junta en Cádiz a Gabriel Almagro. Una cuestión que se hará oficial en la Comisión de Gobierno de esta misma mañana.

Almagro reconocía ayer estar «sorprendido» por el anuncio de su destitución, de la que «nadie me había dicho nada». El alcalaíno no podía ocultar su disgusto, aunque decía que «en política esto es así. La vigencia de mi mandato era de una semana, sabía cada martes que me podían cesar». A la espera de recibir la notificación oficial de su relevo, Almagro confiesa que no sabe cuál va a ser su futuro próximo.

La negativa de Pizarro a aceptar la destitución de su paisano y mano derecha en la provincia de Cádiz es la causa de su partida. Eso, y que su relación con el presidente de la Junta había llegado a un nivel de tirantez casi imposible de soportar.

El desencuentro entre ambos viene de largo. Pizarro representa los coletazos del «chavismo» que aún hoy ensombrecen el liderazgo de Griñán al frente de los socialistas andaluces. Aún así, el presidente lo mantuvo en el Gobierno como guiño a la vieja guardia gaditana que en su día fue el núcleo duro del partido a nivel regional y que hoy ha quedado relegada a un discreto pero molesto segundo plano.

Así las cosas, todo parece indicar que la destitución de Gabriel Almagro no es más que una forma de castigar a la ejecutiva gaditana, siendo este un hombre afín a al secretario provincial, Francisco González Cabaña, y al propio Luis Pizarro.

La distancia entre el presidente de la Junta y los dirigentes del socialismo gaditano alcanzó su punto álgido con la negativa de González Cabaña a ocupar la secretaría regional de Política Institucional en la nueva ejecutiva del PSOE-A tras el congreso en el que Griñán fue proclamado secretario general del partido en la Comunidad en marzo de 2010.

Aquella decisión de Cabaña no solo fue interpretada como un desprecio a la dirección regional, sino que dejó a Cádiz sin representación en el máximo órgano de decisión del partido a nivel andaluz. Pero esto, siendo el enfrentamiento más evidente entre ambos, venía fraguándose de lejos, con la discrepancia de opiniones entre ambos en asuntos como el expediente abierto a varios militantes críticos de la agrupación de la capital gaditana.

Con desencuentros como este, la bronca interna del partido es un secreto a voces, pero nunca se hizo tan evidente como tras el intento de promover una candidatura alternativa a la Alcaldía de Jerez, algo que se hizo a espaldas de José Antonio Griñán en un desafío claro a su apoyo a la actual alcaldesa de la ciudad, Pilar Sánchez. Los promotores de esta estrategia habrían sido González Cabaña, Luis Pizarro y el expresidente andaluz Manuel Chaves. El arquitecto y urbanista Manuel González Fustegueras fue la persona tentada para intentar quitar el puesto a Sánchez, tal como él mismo se ha encargado de confirmar públicamente, dando así a Griñán el motivo definitivo para romper sus relaciones con lo que queda del «clan de Alcalá de los Gazules».

Con todo esto, y tras la salida de Pizarro de la Junta, la posición en la que queda el PSOE gaditano es más delicada que nunca. Desde la ejecutiva regional se lleva tiempo pensando en dar un golpe de efecto que propicie la renovación del partido en la provincia, y ese momento podría haber llegado.

No obstante, la papeleta que se le presenta al presidente de la Junta de Andalucía tampoco es fácil, ya que con la salida de Pizarro del Ejecutivo se ve obligado a afrontar la que es su cuarta crisis de Gobierno en tan solo dos años de mandato. Se trata además de la de mayor calado, puesto que representa la fractura definitiva con el anterior Gobierno de Manuel Chaves.

La marcha de Pizarro, que se formalizará hoy, abre un periodo de incertidumbre en puertas de unas elecciones municipales y a un año de las autonómicas para las que los pronósticos son malos para los socialistas. Con anterioridad, Griñán ya tuvo que asumir la marcha de Rosa Aguilar como ministra de Medio Ambiente y de su joven número dos, Rafael Velasco, por las ayudas públicas concedidas a la empresa de formación de su mujer.

Sin comentarios

José Antonio Griñán quiso quitar ayer hierro a la marcha de Pizarro, rechazando que su Gobierno tenga que afrontar crisis alguna. Como era de esperar, las noticias aparecidas a lo largo de la jornada generaron una gran expectación entre los medios de comunicación. Por ello, cerca de una veintena de fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas aguardaron durante varias horas a Griñán en la sede sevillana del PSOE de Andalucía para conocer al término de la Comisión Ejecutiva Regional su opinión sobre la dimisión de Luis Pizarro, un pronunciamiento que eludió el presidente andaluz.

Lo que sí hizo fue informar a la ejecutiva de su partido de la decisión adoptada por Pizarro y del nombramiento del actual vicepresidente tercero de la Diputación Provincial de Cádiz, Francisco Menacho, como nuevo consejero de Gobernación y Justicia. Con este nombramiento se intenta maquillar el golpe dado al socialismo gaditano, que no se queda sin representación en la Junta, pero no al sector más «pizarrista», que ve cómo se nombra a un sustituto que históricamente ha estado apartado de su línea política.

Estamos en definitiva ante un momento decisivo para calibrar la fuerza del liderazgo de José Antonio Griñán dentro de su partido apenas un año antes de que los andaluces lo examinen en las urnas.