El verdugo de Gadafi elige Londres
El antiguo colaborador del dictador en una siniestra trama de atentados terroristas cuenta ahora con protección británica
LONDRES. Actualizado: GuardarEl hombre de Gadafi que se dedicaba a planificar y alentar el asesinato de disidentes en Reino Unido y en otro países, y que habría estado en el corazón de la trama de los atentados contra el avión de la PanAm sobre Escocia y de otro de Uta en Níger se encuentra «en un lugar seguro», provisto por el Gobierno británico, que no le ha ofrecido inmunidad contra un procesamiento por sus pasados crímenes.
¿Por qué eligió el exministro libio de Exteriores Musa Kusa precisamente Londres como destino de su huida de Trípoli, tras hacer escala en Túnez? Su sentido del momento teatral parece en cualquier caso impecable. Su avión aterrizó en el aeropuerto de Farnborough, dedicado, en el oeste de la capital, al tráfico privado de hombres de negocios.
Un día antes, más de cuarenta países y organismos multilaterales se habían reunido en Londres para dar cuerpo político a la intervención en Libia y airear especulaciones sobre los siguientes pasos. Se barajó la posibilidad de ofrecer a Gadafi y su entorno un lugar para su exilio y se discutió la compatibilidad de armar a los rebeldes y al mismo tiempo respetar las resoluciones de la ONU. Pero la estrategia más querida por todos era el desmoronamiento del poder que sostiene al dictador libio.
En ese momento aterriza en la escena Musa Kusa, que fue expulsado de Londres, cuando era embajador libio en 1979, y lideró, como jefe de Inteligencia, el equipo negociador con Reino Unido y EE UU para la rehabilitación del régimen a partir de 2001. Es el exministro con el que habló por teléfono su colega británico, William Hague, el pasado viernes.
Musa Kusa, brillante estudiante en la Universidad estadounidense de Michigan, miembro destacado de los comités revolucionarios que dan intención política a la cleptocracia de Gadafi, salió de Londres como persona 'non grata', tras declarar impasible a 'The Times' que los comités habían decidido matar a dos disidentes en Reino Unido, y que él lo apoyaba. Expresó también su respaldo al IRA, la organización terrorista irlandesa que ya en 1979 recibía armamento de Libia y que aumentó exponencialmente su potencia letal gracias a los cargamentos de explosivo Semtex que llegaron en los 80 en barcos cargados con el apoyo de Al-Mathaba, el centro, dedicado a la exportación de terrorismo y guerrilla que dirigía Kusa.
Acabar con el bloqueo
Se le considera el conocedor de todos los detalles sobre los atentados del avión de la PanAm que explotó sobre la ciudad escocesa de Lockerbie en 1988, causando 270 víctimas, y del de la aerolínea francesa Uta, sobre Níger, que, en 1989, causó 171. Según confesiones recientes de exmiembros del régimen que han abandonado el país, los atentados fueron obra del grupo palestino de Abú Nidal subcontratado por las autoridades de Trípoli.
Pero en 2001, tras el atentado del 11-S, el régimen de Gadafi cambió de rumbo y Kusa, su jefe de Inteligencia exterior, llevó las negociaciones para abrir puertas y acabar con el bloqueo. Concluyeron en un club de caballeros de Londres, el Travellers, en 2003, con un acuerdo sobre una declaración libia de renuncia a las armas de destrucción masiva, con Kusa encabezando la delegación del dictador.
Y ahora Kusa está en Inglaterra. Unos dicen que estaba enfrentado con miembros del clan Gadafi, otros, que ha cambiado de ideas; o que él también está muy enfermo, como aseguró ayer el portavoz del Gobierno de Trípoli. Todo eso es posible, pero lo más extraño es que este íntimo aliado de Gadafi, al que la oposición no quiere en sus filas, haya decidido aterrizar en Londres entre todos los lugares posibles del mundo.