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Un policía local custodia la entrada del Ayuntamiento hacia donde los manifestantes lanzaron huevos y un petardo. :: J. C. CORCHADO
Jerez

Petardos y huevazos protagonizan el último pleno de la legislatura

Trabajadores de Imesapi y Urbanos Amarillos se hicieron oír desde el exterior del Consistorio con megáfonos, pitadas y proclamas

VIRGINIA MONTERO
JEREZ.Actualizado:

El último pleno ordinario de la legislatura tampoco se ha escapado del acompañamiento habitual que sufren los actos municipales desde hace tiempo: las protestas. Trabajadores de la empresa de mantenimiento de redes, Imesapi, y de Urbanos Amarillos estuvieron desde bien temprano a las puertas del Ayuntamiento haciéndose oír con megáfonos, el lanzamiento de un petardo y de varios huevos que impactaron en la fachada del Consistorio. Mientras tanto, en el salón de plenos los concejales agudizaban el oído para entenderse aunque mantuvieron la tónica tradicional de reproches y acusaciones.

El ambiente estaba ya caldeado en la calle Consistorio antes de que empezara el pleno. Además del lanzamiento de huevos y petardos, la música estuvo muy presente y los manifestantes corearon divertidas canciones de 'Un, dos, tres' y 'La abeja maya', entre otras.

Los que querían acceder a la sesión como público esperaban en una larga cola mientras que los manifestantes se apostaban al otro lado de la valla colocada por las fuerzas de seguridad protegiendo la entrada al edificio. También, como viene siendo habitual en las últimas convocatorias, la presencia policial (Nacional y Local) fue notable.

Los 28 empleados de Imesapi, que presta servicio a Ajemsa, fueron los más activos en reclamar a la alcaldesa «que cumpla lo prometido», o sea, que llevara al pleno de ayer la subrogación del servicio que ni siquiera aparecía en el orden del día y tampoco lo hizo como asunto urgente. «Desde mañana -en referencia a hoy- ocho compañeros nos vamos de ERTE porque no hay carga de trabajo suficiente», denunció visiblemente enojado Fernando Guerra, miembro del comité de empresa. La protesta pasó también al salón de plenos ya que varios empleados presentes como espectadores se fueron levantando paulatinamente mostrando carteles reivindicativos. Como manda el reglamento, fueron expulsados inmediatamente.

Una nutrida representación de la plantilla de Urbanos Amarillos también aguardaba al otro lado del espacio vallado aunque más apesadumbrados que enojados. Como confirmó el portavoz del comité, Ángel Morales, «hace unos días que tuvimos que relevar a dos compañeros por ataques de ansiedad. A uno de ellos tuvo que ir a recogerlo una ambulancia al saber que íbamos de nuevo a la huelga porque no podríamos cobrar». La nueva concesionaria debe una media de 1.500 euros -el miércoles les ingresaron 420 euros de anticipos- a lo que hay que sumarle el «boquete» que dejó Cojetusa.

Mientras que ellos seguían concentrados a las puertas del Consistorio, los servicios mínimos -un autobús por línea- completaban su cuarto día consecutivo de huelga. Hoy volverán a manifestarse por la ciudad y probablemente trasladen sus movilizaciones al Circuito.

Las dos protestas de ayer a las puertas del Ayuntamiento terminaron con los abucheos a los concejales socialistas y los aplausos a los populares a su salida.

Convenio de Urbaser

El acuerdo alcanzado con la concesionaria de transporte y recogida de basuras, Urbaser, fue uno de los puntos calientes de la sesión. Juan Pedro Crisol defendió la postura socialista tanto en la junta general de Ajemsa como en el pleno argumentando que «garantizará el pago de la deuda, estabilidad en el empleo y en el servicio a la ciudad». El convenio incluye la concesión del servicio a la empresa hasta el 2019 y el pago de los 32.600.000 euros hasta 2025, o sea, seis años más tarde.

Para el PP «es una medida a la carrera» y «un convenio caro que obliga subir la tasa de basuras» mientras que para el PSA supone una estrategia para «llegar al 22 de mayo con el menor ruido posible». El asunto provocó la intervención de Pilar Sánchez, que espetó a los populares que «ustedes dan por hecho que la subida va a recaer en los ciudadanos cuando no es así».

También se aprobaron otros asuntos como un plan de pagos a la Seguridad Social en las empresas Jesytel y Jecomusa o el documento 'Medidas para la recuperación del río Guadalete', que suscitó reproches aunque se tratara de una proposición conjunta. Uno de los dimes y diretes más destacables empezó en palabras de Javier Durá, que espetó al equipo de gobierno que «solo les interesa el empleo para llevarse el dinero de los ERE», un comentario según Sánchez «fuera de lugar».

El último pleno ordinario terminó con un «se levanta la sesión» pronunciado por la alcaldesa que dejó con la palabra en la boca a Felisa Rosado. No hubo despedida oficial pero sí besos y apretones de manos entre los concejales de diferentes siglas, repitan en las listas para el 22-M o no. Para ediles como Casto Sánchez, Francisco Benavent, Charo Rodríguez, Raúl Ramírez o Juan Román, entre otros, fue su último pleno ordinario.