Los niveles tóxicos se disparan en Fukushima
Japón proyecta cubrir los reactores y almacenar el agua contaminada
TOKIO.Actualizado:La radiactividad que escapa de Fukushima 1 sigue extendiéndose. En el mar, a 330 metros de la siniestrada central nuclear, los niveles de yodo tóxico superaron ayer 3.355 veces los límites de seguridad permitidos. Se trata de la concentración más alta detectada hasta el momento, y casi el doble con respecto al fin de semana, cuando la contaminación fue 1.850 superior a lo normal. «Las cifras suben rápidamente. Tenemos que encontrar las causas y detenerlas», comentó impotente el responsable de la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear, Hidehiko Nishimaya.
Repitiendo la letanía que han entonado desde que el tsunami del pasado día 11 golpeó a la planta atómica, las autoridades volvieron a insistir en que la fuga nuclear no supone un peligro para las personas. Argumentan que el yodo radiactivo se disolverá al cabo de ocho días por las corrientes marinas y que en la zona no hay barcos faenando por el perímetro de seguridad de 20 kilómetros impuesto alrededor de la central. Sin embargo, la preocupación por las emisiones tóxicas va en aumento.
A las fugas de yodo y cesio hay que añadir el hallazgo fuera de los reactores del temido plutonio, uno de los elementos más peligrosos del mundo porque es altamente cancerígeno. Su presencia en cinco puntos del suelo de la central confirmaría los escapes por una grieta en la vasija del reactor número 3. Otro grave problema es el agua tóxica que se está acumulando en los túneles subterráneos de la planta por otro escape en el reactor 2, que amenaza con llegar al mar.
Mientras, por una parte, los bomberos y equipos de emergencia riegan con mangueras y cañones los reactores para enfriarlos, por la otra deben drenar el líquido contaminado para evitar un vertido al océano. La gran incógnita es qué hacer posteriormente con esa agua radiactiva, ya que los depósitos de la central están llenos.
Según el periódico 'Asahi Shimbun', el Gobierno japonés baraja varias opciones para frenar las fugas, que pueden durar meses o incluso años. Una de ellas consistiría en cubrir los tres reactores más dañados y colocarles un filtro para depurar el aire. La otra se basaría en instalar un gran tanque o fondear un petrolero en el mar para almacenar el agua radiactiva. ¿Pero a dónde llevarla luego?
Más radiactividad
«No estamos en situación de decir que tendremos control de la situación durante algún tiempo», admitió el portavoz del Ejecutivo, Yukio Edano. Entre los expertos cunde la sospecha de que ya ha empezado la fusión de los reactores dañados, que liberará aún más radiactividad a la atmósfera. Así lo cree Richard Lahey, uno de los ingenieros encargados de supervisar la seguridad de los reactores de General Electric cuando se instaló el de Fukushima. En una entrevista con el diario británico 'The Guardian', Lahey asegura que «todo sugiere que el núcleo del reactor se ha fundido a través del fondo de la vasija de presión».
El presidente de la compañía que gestiona la central, Masataka Shimizu, fue hospitalizado ayer aquejado de una subida de la tensión y de mareos. Tokio Electric Power (Tepco), la cuarta eléctrica del mundo, ha sido muy criticada por ocultar fallos de seguridad en sus plantas y hacer oídos sordos a las advertencias de que un tsunami podría dañar la central de Fukushima 1, como finalmente ha ocurrido. Sus acciones han perdido tres cuartos de su valor desde el fatídico 11-M nipón y las autoridades podrían nacionalizarla.