Pulso indeciso en Libia
Actualizado:La conferencia que ayer reunió en Londres a una cuarentena de Gobiernos y organizaciones internacionales dejó claras solo dos cosas: Gadafi debe irse en el marco de un desenlace político nacional y la coalición perseverará para ayudar a conseguir un arreglo tras las operaciones militares. La reunión coincidió con problemas de la rebelión, con falta de equipo y soldados, que perdió la ciudad de Bin Yauad. Con la OTAN al mando desde hoy la conferencia reiteró la voluntad de quienes respaldan la resolución 1973 de la ONU de mantener la presión «hasta que se cumpla en su integridad», como declaró Hillary Clinton. Parece claro que la fuerza aérea no puede por si sola garantizar un triunfo de la oposición y es muy indicativo que Susan Rice, embajadora de Obama en la ONU, haya dicho que no se descarta armar a los rebeldes, lo que suscitaría una indeseable controversia jurídico-política internacional. La reunión, en este contexto, fue una expresión muy útil de solidaridad política, árabes incluidos, pero no muy práctica ni, desde luego, decisoria.