El PSOE cree aún en el tirón electoral de Zapatero, pero menos que en 2007
Rubalcaba participará en cinco actos de precampaña, uno menos que el presidente y uno más que Carme Chacón
MADRID. Actualizado: GuardarNo se puede decir que José Luis Rodríguez Zapatero vaya a desentenderse de las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo. El presidente del Gobierno protagonizará actos del partido todos los fines de semana del próximo mes y, una vez arranque de manera oficial la campaña, actuará en «ocho o nueve» mítines, según adelantó ayer el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Eso no quita para que los dirigentes socialistas admitan en privado, e incluso con palabras gruesas, que su líder ya no es lo que era, que ha perdido el 'tirón' de antaño y que ya no cabe esperar que dé brío a sus candidatos.
La participación de Zapatero en esta contienda será, de hecho, menor a la de los anteriores comicios locales y regionales, en los que protagonizó hasta 14 mítines en 15 días. Llevar el análisis al terreno cuantitativo puede resultar siempre engañoso. Pero no solo el dato numérico habla del desgaste del jefe del Ejecutivo. En 2007, heridos por el fracaso del proceso de paz, pero convencidos de que podían vender su discurso social, los socialistas aseguraban que la «indudable vertiente nacional» que siempre han tenido este tipo de contiendas jugaría a su favor. Veían posibilidades de conquistar Baleares y Canarias y además creían poder arrebatar a sus oponentes alrededor de 200 alcaldías y mantener sus grandes ciudades.
Sin límites, con dificultades
Los objetivos son ahora muchos menos ambiciosos. Aunque Blanco afirmó que nunca pone «límites a la victoria», las encuestas hablan de dificultades para retener todos sus gobiernos autonómicos y en el plano municipal los socialistas se dan con un canto en los dientes si logran que todo quede como está.
A eso hay que añadir, por supuesto, el hecho de que no vaya a haber un macroacto en el emblemático Palacio de Vistalegre. Hasta en las europeas de 2009 se celebró un mitin en el recinto madrileño, símbolo del 'zapaterismo' triunfante. Blanco dio una explicación breve para salir del paso. «No hemos querido desvirtuar con un acto el sentido de la campaña», justificó. Por eso mismo, anunció que se encargará de pedir a su homólogo en el PP que todos los candidatos (autonómicos y de grandes poblaciones) celebren debates televisados.
«Verán que vamos a salir intensamente a apoyar a nuestros candidatos; no los vamos a sustituir -insistió- los vamos a apoyar». Se incluyó porque él será, sin duda, el más activo. Sólo en precampaña tiene programados nueve actos, por los seis del propio Zapatero.
Entre los ministros más solicitados por las federaciones están también los dos principales protagonistas de la carrera sucesoria. Gana Alfredo Pérez Rubalcaba, al que el comité de estrategia dirigido por Blanco ha 'colocado' cinco mítines. La ministra de Defensa, Carme Chacón, participará en cuatro, una cifra alta si se compara con la de la campaña de 2007 en la que brillaron, además del ministro del Interior, el entonces ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, y los ya defenestrados María Teresa Fernández de la Vega y Mariano Fernández Bermejo.
El número dos del PSOE evitó seguir calentando el debate de la sucesión con respuestas esquivas, pero tampoco cerró la puerta a un próximo anuncio del presidente del Gobierno. Solo apuntó una frase de sentido ambiguo. «No seremos nosotros quienes desviemos la cuestión de lo mucho que se decide en estas elecciones».
Quien no dudó en volver a remover esas aguas -pese a haber prometido el día anterior que no lo haría más- fue el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara. Dijo que Rubalcaba es quien «mejor sintetiza» la opinión mayoritaria del partido. Dijo también que sería una apuesta sólo para el «corto plazo», no para el largo o medio. Y sobre todo dijo que cuanto más tarde el líder del PSOE en hacer su anuncio «peor» será porque habrá «más dudas» y se perderán «más energías». Solo coincidió con Blanco en que Zapatero acabará la legislatura.