«El riesgo sísmico de España es incomparable al de Japón»
Manuel Catalán Pérez-Urquiola Contralmirante y secretario técnico del Comité Polar EspañolEl científico asegura que las catástrofes naturales han pasado siempre, «solo que no lo conocíamos»
CÁDIZ. Actualizado: GuardarÉl mismo hace resumen de su larga trayectoria profesional. Empezó trabajando en Física Nuclear, fundamentalmente en el campo de los reactores nucleares. Posteriormente, fue destinado al Real Instituto y Observatorio de la Armada. Desde el inicio de la presencia institucional de España en la Antártida, su actividad se centró en los procesos físicos que se desarrollan en las zonas polares. LA VOZ entrevista a Manuel Catalán justo después de un viaje a Copenhague y de la tragedia de Japón. Un activo científico del XX desentraña las claves de los cambios naturales presentes y adelanta su opinión de cómo se desarrollará el futuro.
-Todos hablan de él, pocos saben lo que es exactamente. ¿Podría explicar en que consiste el cambio climático?
-En nuestro planeta ha habido continuos cambios en el clima, la órbita de la tierra varía ligera pero continuamente respecto al Sol, la actividad solar es variable, la composición de la atmósfera ha variado también y así muchos otros parámetros que influyen en el clima. El 'efecto invernadero' se basa, fundamentalmente, en el hecho de que mientras la atmósfera es transparente y permite la entrada a la energía emitida por el Sol, se oscurece para la radiación re-emitida en el infrarrojo desde la superficie del planeta. En estas condiciones, cuanto más dióxido de carbono se encuentre en la atmósfera, más oscura será la atmósfera para la radiación emitida por la Tierra y al no poder salir al exterior esta energía, la temperatura del planeta irá aumentando con el tiempo.
-Entonces, ¿considera que hay que estar alarmados?
-Creo que evidentemente la actividad humana ha producido un aumento de los gases invernadero y, con ello, la preocupación por un cambio climático de origen antropogénico. Los modelos matemáticos son modelos matemáticos y sus resultados dependen de los parámetros físicos que se introducen en el modelo. Si estos son inexactos o van a variar con el tiempo por las reacciones que se tomen, la predicción puede ser cuestionada.
-Las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes, o al menos eso se difunde a través de los medios, ¿existe alguna razón?
-Bueno esto, como tantas cosas, tiene, en mi opinión, una importante componente subjetiva. Los medios de comunicación transmiten informaciones en tiempo real. Hoy podemos ver de forma directa la progresión de un maremoto, podemos incluso ver acciones bélicas de forma directa y toda esta información se comunica globalmente por la prensa, televisión e internet. Todo esto nos transmite una impresión de que hoy pasan cosas que antes no pasaban, cuando simplemente se trata de comunicación y conocimiento. Las cosas que están pasando en cuanto a catástrofes naturales en gran parte siempre han pasado, solo que no lo conocíamos.
Crisis japonesa
-Acabamos de asistir a una de las catástrofes más graves. Un terremoto y un maremoto han sembrado la destrucción en Japón. A todo esto se suma el riesgo inducido de la central nuclear. ¿Cuál es su opinión sobre este tipo de energía?
-Bajo la presión de los acontecimientos en Japón, soy consciente que contestar a esta pregunta implica arriesgarse a críticas. El problema de la solución al suministro energético no es sencillo, las naciones desarrolladas tienen un nivel básico de consumo energético elevado que, según su grado de industrialización, debe ser continuamente suministrado para mantener, entre otras cosas, nuestras necesidades industriales, los puestos de trabajo, el nivel de vida confortable o nuestros transportes. Debemos considerar la necesidad de tener potencia en la red eléctrica pero también debemos considerar el precio a que se ofrece el kilovatio, que el suministro esté garantizado siempre y que su producción se haga por procesos razonablemente seguros, teniendo en cuenta que el riesgo cero no existe. No debemos olvidar, a la hora de pagar el recibo de la electricidad, pensar también en la competitividad de nuestras empresas y que un megawatio/hora nuclear cuesta la mitad que con energías fósiles, tres veces menos que uno eólico y siete menos que uno solar fotovoltaico.
-Entonces...
-En esta situación no debemos olvidar, además, que toda nación desarrollada debe disponer de la energía que necesita en todo momento y en España, mientras las nucleares funcionan más de 8.000 horas al año, prácticamente de forma continua, las eólicas dependen del viento y funcionan 1.700 horas al año. Esto hace que, además de las renovables, debamos contar con otras energías y estas son las nucleares y las fósiles (petróleo, carbón o gas). Como todos sabemos, la cuenta del costo de las energías fósiles que importamos, además de estar sometida a una presión política de considerable riesgo, tiene un costo que gravita sobre nuestra deuda comprometiendo nuestro desarrollo. En mi opinión, la energía del futuro, hasta el desarrollo de la energía de fusión estará suministrada, fundamentalmente, por una mezcla de centrales de fisión nuclear, combustibles fósiles y energías renovables en una mezcla prácticamente homogénea.
-¿No ha cambiado su opinión tras lo que ha ocurrido en Japón?
-Lo que ha ocurrido en Japón es gravísimo, creo que es difícil encontrar una situación más compleja. El terremoto de magnitud 9 es el máximo de los que se tiene registro histórico y el maremoto que provocó ha sido en realidad el que ocasionó gravísimos daños en el sistema de refrigeración de la central de Fukushima. Me llama la atención la escasa referencia a la gran tragedia que supone la desaparición o el fallecimiento comprobado de más de 20.000 personas, en comparación al espacio en los medios que se dedican al problema de la central.Han pasado los días desde entonces y en lo sucedido veo varias conclusiones. La primera es el impresionante comportamiento cívico de una nación en la desgracia. Hoy la información que llega desde Japón es que hay suministro eléctrico en la central, se están refrigerando los núcleos de los reactores, inyectando agua del mar en el núcleo, edificio de contención, las piscina de refrigeración y que la radioactividad detectada a la entrada de la central llega hasta 0.25 mSv hora, detectándose, hasta a 40 km de distancia de la central, zonas con niveles de cesio y yodo altos pero que no suponen riesgo para la salud.
-Habla de unidades radioactivas que normalmente no entienden los profanos.¿Puede aclarar lo que significan 0,25 mlisiebert/hora en la entrada de la central?
-Me alegro que me haga esa pregunta porque normalmente se da la información en términos ambiguos que no indican nada. Si decimos, por ejemplo, que la nube radioactiva llego a Tokio o California, el lector piensa que Tokio y California se encuentran contaminadas y esto no es así. Si no decimos la dosis, no estamos diciendo nada. Vivimos en un planeta en que existe radioactividad natural, donde hay elementos radioactivos en la superficie, estamos sometidos a la radiación solar y donde en los hospitales e industria se utilizan procesos radioactivos. En la Unión Europea la Directiva 96/29/EURATOM limita la dosis efectiva para trabajadores expuestos a 100 mSv durante un período de cinco años consecutivos. En el caso de intervenciones (emergencias radiológicas), sin embargo, estos límites no son aplicables. En estos casos, en sus actuaciones los profesionales alcanzan dosis que superan los 10 mSv en dos días (permanencia en edificios). La dosis efectiva permitida para alguien que trabaje con radiaciones ionizantes (por ejemplo, en una central nuclear o en un centro médico) es de 100 mSv en un periodo de 5 años.Para dar una idea de las dosis que recibimos en nuestra vida diaria, indicaré que en un TAC de cuerpo total se reciben entre 5 y 10 mSv y que la tripulación de un vuelo trasatlántico recibe por los rayos cósmicos a su altura de vuelo en el orden de 8 mSv al año. Insisto en que la dosis que estos días se registraba a la entrada de la central era 0, 25 mSv hora. Es una dosis alta, pero compatible con la actividad en emergencia radiológica.
Situación española
-¿Podría ocurrir una catástrofe similar en España y afectar de la misma manera a las nucleares locales?
-Los terremotos y, por tanto los maremotos, se producen en las zonas de contacto de las placas tectónicas. Su dinámica y tamaño son fundamentales para conocer la magnitud del posible terremoto. Japón se encuentra en lo que podría ser una de las zonas más activas del cinturón de fuego del Pacifico. La zona más activa tectónicamente del planeta. En la Península Ibérica la zona donde se pueden producir sismos de alta magnitud se encuentra próxima al Cabo San Vicente en los llamados bajos de Gorringe. Allí en 1755 se produjo el conocido como terremoto de Lisboa que fue seguido de un importante maremoto que afecto al sur Atlántico de la península, sin penetrar en el Mediterráneo. Nuestras centrales nucleares se encuentran alejadas de esta zona y fuera del alcance de cualquier maremoto. Creo que la situación de riesgo sísmico en España y en Japón no puede compararse. Nuestras centrales están en zonas sísmicamente seleccionadas como seguras.
-Una curiosidad, ¿qué opinión le merece la posibilidad de que la Atlántida esté bajo aguas gaditanas?
-En efecto, entiendo esta pregunta desde el punto de vista de la curiosidad, pero con la Atlántida pasa como con la astrología, no es ciencia y, por tanto no se puede responder desde ella. La Atlántida y sus civilizaciones desaparecidas responden a una creación literaria donde la imaginación humana tiene un espacio que no deja lugar a la aplicación de la comprobación científica. Mi consejo es que los lectores crean lo que más les seduzca y esperen, a lo mejor toda su vida, a las pruebas que confirmen o rechacen sus creencias. Por cierto, que hay quien sitúa la mítica Atlántida en los bajos de Gorringe y Ampere, donde se produjo el terremoto de Lisboa.