Mar Regueras: «No vamos a hacer una caricatura»
Actualizado: Guardaror primera y, probablemente última vez, vamos a ver a Mar Regueras (Barcelona, 1970) fumando. Cigarrillos sin nicotina, que no permite la ley de los otros. Y por exigencias del guión. Regueras da vida a Tita Cervera en la miniserie que emitirá próximamente Telecinco y que acabará de rodarse esta semana. Lo del cigarrillo es lo único que han copiado ella y las otras dos actrices (Esmeralda Moya y Silvia Tortosa) que dan vida a la baronesa en la versión televisiva. «No vamos a imitar ni a hacer una parodia». Lo suyo es «un cuento» con final más o menos feliz.
– ¿Tita Cervera ha dado el visto bueno a la serie?
– Sabe algo, pero no creo que haya dado el visto bueno.
– ¿Le va a gustar?
– No tengo ni idea. Habrá cosas que sí y otras que no tanto.
– ¿Qué vamos a ver que no veamos en las revistas?
– Hemos tratado de reconstruir historias de amor, de amor por su madre, por supuesto, de amor por los hombres y de un amor indiscutible por su hijo, pero esto es ficción, la realidad solo la conoce ella. Hemos hecho un cuento, algo bonito.
– ¿Con final feliz?
– Cuando hay amor también hay desamor, pero creo que sí, que el final es feliz. Ha sufrido mucho, desde que fuera Miss hasta llegar a ser una de las coleccionistas de arte más importantes de este país.
– ¿Qué Tita ha redescubierto estudiando el guión?
– Sabía que le gustan los animales y lo que cuentan las revistas, pero me ha parecido una mujer que destaca por su cercanía.
– Y por su carácter.
– Pero eso está bien. El carácter no está reñido con la simpatía. Si no, le hubieran pisado por el camino. Y el suyo no es un caso de mal carácter.
– ¿Qué es lo más difícil de imitar de Tita Cervera?
– No vamos a hacer una parodia ni una caricatura. No la imitamos.
– ¿Acaso ha pasado factura lo de Puigcorbé?
– No creo que tenga nada que ver. Aparte de caerme muy bien, Puigcorbé lo hizo fenomenal y es un buen actor. Además, la baronesa tampoco tiene un ‘tic’ excesivamente característico y no hemos imitado ni el gesto ni la manera de hablar.
«Blanca y los roces»
– Se han ido más a lo intangible.
– Sí. Las tres actrices hemos querido reflejar esa luz que tiene ella y que no tuvieron otras. Destacaba por su naturalidad y su frescura y eso no se aprende, eso se tiene. Ah, bueno, sí hemos copiado algo, que fuma.
– Y usted no.
– Yo no he fumado en mi vida. Pero fumamos tabaco sin nicotina porque ya no se puede fumar en el rodaje. Y aprovecho para decir que es un verdadero placer entrar a un restaurante con tu hijo y no comerte el humo.
– El desencuentro con su hijo Borja sigue llenando páginas de las revistas. ¿Cómo acaba en la serie?
– Nosotros no llegamos a tanto. Sí llegamos a Blanca y a los roces, pero nada más. Ni siquiera están las gemelas.
– Tres actrices para un mismo personaje. ¿Su parte es la más golosa?
– Es cierto que a mí me ha tocado el grueso de la historia: Espartaco, los flirteos... pero a Esmeralda le han tocado los jovencitos (risas) y la etapa de Miss, de la ilusión... Y Silvia hace el final, que también es muy bonito.