PLAN DE FESTEJOS

Veinte años no son nada según el tango, pero diez son muchos, bastante más de dos quinquenios, para los que estamos relativamente vivos. Es el plazo que va a necesitar España para reajustar su desbarajuste económico, en opinión de Gordon Brown. La procesión de los días va a traer cola porque son incontables los penitentes. La canciller alemana, Angela Merkel, nos ha impuesto el último menú de Bruselas. «¡A sus órdenes, jefa!» le han respondido sus pinches y Zapatero, siguiendo con sus mejoras, le ha prometido mejorar la competitividad a largo plazo.

Hay que darle tiempo al tiempo, aunque los calendarios no tengan prisa. ¿Para qué las prisas? Quien mejor explicó la conducta de nuestras jornadas temporales fue Einstein, para que todos entendiéramos la relatividad. Vino a decir que si alguien está en un jardín con una persona agradable de distinto sexo, presenciando un crepúsculo, los minutos huyen a toda velocidad, pero si esa misma persona está en la consulta del dentista se demoran mucho, casi hasta la frontera de la eternidad. Alemania ha vuelto a llevar la voz cantante, ya que los demás países de la cumbre europea están bastante roncos. Lo grave es que han vuelto a cantarnos las cuarenta. El llamado «fondo de rescate permanente» entrará en vigor en 2013 y exigirá un capital de 700.000 millones de euros, de los que habrá que apoquinar 80.000 en efectivo.

Los primeros cohetes que vamos a tirar cuando empiece el plan de festejos que nos aguarda están destinados a iluminar el gasto público, que está oscurísimo. Los siguientes serán para «blanquear» el paro, que está más negro todavía. Tenemos más trabajadores irregulares que regularcitos y que pésimos, ya que estos últimos no suelen ir a trabajar. Si las empresas dieran de alta a todos disminuirían las colas del INEM, pero acabar con la economía sumergida determinaría muchos naufragios y ya sabemos que Dios aprieta, pero no afloja. De momento, hasta que pase año y medio, la fiesta va a seguir.