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El líder yemení anuncia que está dispuesto a dejar el poder y el Gobierno lo niega

SANÁ. Actualizado: Guardar
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El futuro inmediato del presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, sigue instalado en la confusión. Después de que el mandatario anunciase, según la cadena catarí Al-Yasira, que estaría dispuesto a dejar el cargo «con dignidad» incluso en horas, anoche el Gobierno de Saná negó ese extremo y que hubiera ya un acuerdo con la oposición para una transferencia de poder.

Saleh está sometido a una fuerte presión política de la oposición, que exige su dimisión, y por las protestas populares, que comenzaron al calor de las revueltas de Túnez y Egipto, y en las que la represión ejercida por las fuerzas de seguridad ha causado decenas de muertos.

El desmentido sobre la posible renuncia de Saleh fue realizado por una fuente presidencial que salía así al paso de informaciones también alimentadas por las manifestaciones del ministro de Exteriores, Abubakr el-Qirbi, en el sentido de que confiaba que ayer mismo podría cerrarse un acuerdo de transición.

En el diálogo con la oposición se incluía el compromiso de Saleh de abandonar el poder dentro de dos meses, traspasarlo al vicepresidente y la formación de un comité nacional que supervisaría la transferencia a las autoridades que posteriormente sean elegidas en unos comicios. Esto también fue negado por la fuente presidencial, que insistió en que Saleh siempre se ha mostrado inclinado a una transferencia «pacífica, democrática y civilizada». Esa cesión del poder, agregó la fuente, «solo vendrá a través del diálogo y en el marco de la legitimidad constitucional y manteniendo la unidad de la patria».