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MUNDO

ABRIRSE LA CHAQUETA

J. L. PEÑALVA
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Recuerdo un prodigioso mago del Moulin Rouge que después de una actuación plagada de despropósitos, al estallar el respetable en carcajadas y aplausos, cambió su gesto compungido por otro luminoso y abrió su chaqueta mostrando un abigarrado número de condecoraciones. Lo que parecía un fracaso trae el primer aroma de victoria. ¿Con qué futuro? No se sabe. ¿Recuerdan a Sarkozy recibiendo como un druida al pie de la alfombra roja en el Elíseo a los países beligerantes? Evocaba en el boato a John Houston en su fiesta de los Oscar.

El martes le toca celebrar a Cameron, otro gallardo aventurero con los colores de la sedición libia. La conquista de Ajdabiya, tras los bombardeos de la coalición, lleva camino de convertir el 'sí se puede' en 'sí se pudo'. Y hasta Obama se apunta para el lunes una conferencia de prensa, para aclarar las dudas de cuantos se han opuesto a la guerra, o a lo que sea, que solo Rajoy en el firmamento político es capaz de llamarla por su nombre. Obama acude a Libia para abrirse la chaqueta. Los bombardeos aliados parecen dar ímpetu a las fuerzas rebeldes, elevando la moral de la coalición en grado copernicano. Hasta Berlusconi ha dicho que acudirá al 10 de Downing Street con un plan propio, no desvelado. Aunque difícilmente el 'bunga bunga' casará con la circunspección británica.

Más allá, atento a la jugada y con ganas de organizar otra de estrellas, amanece Rusia, que no es poco. Sus gobernantes llevan tiempo angustiados por su lugar en el mundo. El conflicto libio ha suscitado tensiones entre Medvédev y Putin. El pequeño zar ha dicho que la campaña es una llamada medieval a las cruzadas, mientras el presidente respaldaba el empleo de la fuerza. Si no tiene una chaqueta con medallas, la encargará, aunque es raro el ruso que no disponga de una. 'The Times' lo ve más flexible ante los aliados y un hombre de Estado. Tiene sentido. Rusia necesita la inversión occidental y sus jóvenes han viajado y estudiado en el extranjero y pasan el día colgados de Internet, como para mostrar resentimiento o temor hacia Occidente. Para el diario británico, Medvédev sería 'el hombre del mañana'.