PUEDE SER PEOR
Actualizado: GuardarUna vez consumado el descenso en el paripé del último partido de la temporada pasada ante el Numancia, todos empezamos a tomar conciencia real de lo mal que estaba la cosa. Los primeros los consejeros, con su máximo accionista a la cabeza, que decidieron dimitir. Bueno, más que decidir, les llamaron poco antes del partido para comunicarles que no seguirían en su puesto. Otra cosa es que realmente quisieran o no marcharse.
Pero como en el Carnaval, como en la Semana Santa, pasa el tiempo y hay algunas cosas que se terminan tapando e incluso olvidando. Para empezar, el máximo accionista sigue mandando en la sombra que para eso el dinero que ha puesto, o supuestamente ha puesto, continúa siendo suyo. Llega la pretemporada, se mira el precedente de hace dos años y como, en aquella ocasión, se subió con la gorra se piensa que todo va a ser igual. Y puestos a tapar, con dos buenos partidos ganados en la Copa, en algún caso con un sub'23 de más, se ocultan ciertas carencias alarmantes. Sin embargo, la hinchada se mantiene fiel y se hablan de cifras astronómicas de abonados. En realidad no es que fueran astronómicas para lo que se ha conocido por estos lares, pero al menos el nivel de fidelidad era bastante respetable tras la nueva decepción sufrida.
Surgen los problemas. El entrenador no termina de hacerse con la plantilla, la plantilla parece más bien mediocre, mediocre son algunos fichajes si los comparamos con los de hace dos años, hace dos años éramos líderes y con Risto solo aspiramos a pelear por el segundo o tercer lugar, un lugar en Carranza ya no está tan cotizado como antes. A la calle el serbio. Vuelve Jose, el que todo el mundo quería, y se las ve y se las desea para poder igualar los números del balcánico. Pero el todopoderoso San Roque de Lepe nos devuelve a la realidad de chiste. Ya solo podemos ser cuartos, pero en Écija nos meten más calor en el cuerpo. Lo malo es que todavía puede ser peor.