Un respiro de 40.000 euros

El Ayuntamiento de Jerez ha impedido in extremis la huida de la enésima concesionaria municipal con un pago de 40.000 euros. Linesur-Valenciana, la compañía que amenazó con abandonar el transporte de las pedanías desde el día de ayer si no cobraba la deuda, ha recibido la citada cantidad, insuficiente si se tiene en cuenta que el montante pendiente asciende a 1.600.000 euros pero lo justo para que, de momento, haya abortado sus planes.

El presidente del comité de empresa, Alejandro Gómez, confirmó esta noticia puntualizando que la orden fue dada ayer a la entidad bancaria, por lo que se espera su ingreso de manera inmediata. Tras este abono, en un plazo de 15 días el Consistorio se ha comprometido a realizar el siguiente, aunque también será una pequeña cantidad en relación al compromiso adquirido el pasado 16 de febrero, en virtud de un acuerdo por el que la administración garantizaba la liquidación de 400.000 euros en el mes de marzo.

«No han podido dar más porque es que no hay dinero -argumentó Gómez-. Esto está muy lejos de lo que prometieron en un principio, pero por lo menos dará para pagar el gasoil, pues la empresa ya no tenía ni para eso». Aún así, el gesto municipal ha sido bien acogido por la compañía, que esperará al menos hasta dentro de dos semanas para ver si hace efectivo el segundo pago y no es necesario ir a mayores. Los trabajadores, por su parte, también respiran algo más aliviados pues, como dejó claro su representante, no quieren que la empresa abandone el servicio ya que hasta ahora estaba cumpliendo con sus nóminas y temen que con ello peligren muchos puestos de trabajo.

«Nosotros queremos que la empresa se quede porque siempre ha cumplido con nosotros. Ahora tenemos miedo de que, como no se produzca ese segundo pago, comiencen a peligrar nuestros salarios». Actualmente, aunque Linesur-Valenciana cuenta en Jerez con una plantilla de 40 trabajadores son unos 15 los que prestan su servicio en las pedanías, de los que la mitad tienen un contrato eventual que acaba antes de verano y que lógicamente no se renovaría si la empresa deja el transporte rural.

De momento, lo único que queda pendiente con la plantilla es la paga de beneficios del 15 de marzo, pero como ya señaló Gómez el temor sobre las próximas nóminas es cada vez más patente. «La empresa esperará y nosotros con ella, pero seguirá con grandes dolores de cabeza a la espera de los ingresos». Más allá de esos 15 días, no ha trascendido si continuarán los pagos ni cómo el Ayuntamiento solventará esa deuda con la que la compañía apenas si puede subsistir prestando un servicio de calidad y con garantías para la zona rural.