PAN Y CIRCO

CONFIRMACIÓN

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La nueva derrota del Cádiz sirve, al menos, para confirmar algunas de las hipótesis que hemos formulado durante la temporada como, por ejemplo, que es un conjunto frágil que fácilmente se rompe con el leve empujón de cualquier dificultad. Ya no existe la menor duda de que la generalizada preocupación de los aficionados cadistas posee unos serios fundamentos. Lo peor es que, a esta altura de la competición, ya no podemos tranquilizarnos pensando que se dispone de tiempo para adoptar decisiones y mucho tememos que, si se sigue este sendero descendente, aumente aún más la inquietud, el nerviosismo y la precipitación. Acabo de recibir un mensaje en el que Pablo, un joven cadista, me repite un fragmento del texto que me envió antes de que comenzara la temporada. Dice así: «La derrota sufrida por el equipo amarillo ante la Balompédica Linense supone un serio y oportuno aviso para la afición, para los jugadores y para el entrenador. Este partido anuncia las duras dificultades que se van a presentar durante una temporada que, otra vez más, puede ser decisiva para el futuro económico del Club y para las perspectivas profesionales cada uno de sus componentes». Ya entonces los aficionados reconocíamos que este Cádiz era un equipo fácilmente «vencible» en una categoría en la que no se le debería haber permitido dormirse ni pasearse. En la actual situación resultaría un sarcasmo repetir que, para alcanzar el objetivo de esta temporada, se tendrían que ganar casi todos los partidos. Es doloroso comprobar cómo, cuando ya estamos en el último tramo, aún se ciernen las mismas incertidumbres sobre el horizonte de nuestro equipo. Los hechos nos están demostrando que ni la historia ni el nombre del club garantizan el triunfo. Ojalá que no sea demasiado tarde para mantener esa serenidad que es necesaria para superar los obstáculos de última hora.