Gadafi resiste los ataques de los aliados
A pesar de que sus defensas antiaéreas fueron destruidas, las milicias del régimen mantienen Ajdabiya y Misrata
BENGASI. Actualizado: GuardarCambio de carteles en las calles de Bengasi. Una gran valla publicitaria que rezaba 'No a la intervención extranjera' ha sido sustituida por un nuevo cartel en el que se exhorta a los comerciantes a retomar su actividad y abrir las tiendas para «volver a una vida normal». Cuatro días después del inicio de la operación 'Amanecer de la odisea' la incertidumbre sigue reinando en la ciudad y en todo el este del país norteafricano. La división de criterio entre Estados Unidos y Europa a la hora de enfocar la misión no es nada comparado con el caos interno de unas fuerzas rebeldes incapaces de sacar partido de los bombardeos aliados en el campo de batalla.
Los aviones de la coalición han logrado cerrar el espacio aéreo y aniquilar las defensas antiaéreas de la costa libia y ahora atacan las rutas de suministro y logística de unas fuerzas terrestres de Muamar Gadafi que resisten y mantienen sus posiciones en lugares estratégicos como la ciudad de Ajdabiya, 160 kilómetros al sur de Bengasi, y Misrata, la última ciudad rebelde al oeste del país.
La coalición bombardea durante la noche, pero las fuerzas opositoras continúan sin poder organizar una ofensiva por tierra capaz de recuperar las ciudades perdidas en las últimas semanas y ahora reclaman «el envío de armamento moderno», según reconocen combatientes consultados en la línea del frente de Ajdabiya, para poder hacer frente a los gadafistas atrincherados en las ciudades. La situación más grave volvió a vivirse una jornada más en la localidad de Misrata, donde al menos otras diez personas perdieron la vida, entre ellas varios niños.
Dos aviones caídos
Fuentes médicas citadas por la agencia Reuters denunciaron una «masacre» y la «situación catastrófica» generada por los tanques y francotiradores del dictador Gadafi que se protegen de los aviones aliados en las calles de la tercera ciudad más importante del país, que desde hace una semana vive un asedio permanente. Con este escudo humano de por medio, poco pueden hacer los aviones desde el aire y tendrán que ser los propios rebeldes los que liberen las ciudades luchando calle por calle.
La operación internacional, a la que ayer se sumaron canadienses y belgas, sufrió su primer contratiempo cuando un caza F-15 estadounidense cayó en plena madrugada a tierra «debido a un problema mecánico», según señaló el Pentágono, que también informó de que los dos pilotos fueros rescatados sanos y salvos. Horas después, el portavoz del mando militar estadounidense en África (Africom), Vince Crawley, descartó que el avión hubiera sido derribado por las defensas del régimen para evitar que Trípoli se anotara el éxito de un derribo.
Poco después, según la cadena catarí Al-Jazeera, una aeronave libia era derribada por las fuerzas de la alianza a cincuenta kilómetros de Bengasi. Se trata de la primera vez que Gadafi intenta violar el cierre del espacio aéreo impuesto por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El líder libio, al igual que su hijo y mano derecha, Saif-el Islam, siguen sin aparecer en público o ante las cámaras de la televisión oficial. Muamar Gadafi se ha dirigido en dos ocasiones a su pueblo desde el inicio de las hostilidades y lo ha hecho a través de llamadas telefónicas.
Nueva tregua
Fuentes cercanas al Consejo Nacional rebelde consultadas por este periódico aseguran que «cada mensaje tiene una serie de palabras clave para que sus infiltrados lleven a cabo alguna acción. Hay que estudiar sus intervenciones palabra a palabra», aseguraron. En Bengasi se ha abierto una auténtica caza de brujas contra elementos sospechosos de colaborar con el Gobiernod de Trípoli, sujetos a los que el Consejo Nacional califica de «la mayor amenaza» debido a que están dentro de las ciudades y conocen el terreno a la perfección.
Libia sigue inmersa en su guerra revolucionaria y desde Trípoli los medios oficiales volvieron a lanzar un mensaje conciliador a la opinión pública. El régimen de Muamar Gadafi hace un nuevo llamamiento a todas las partes en conflicto para respetar un alto el fuego. El problema es que es la tercera vez que Trípoli usa la palabra tregua en los últimos tres días y hasta ahora nunca la ha respetado la tregua.