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Alfredo Pérez Rubalcaba sigue el debate de ayer en el Congreso sobre Libia. :: AFP
ESPAÑA

El temor a un duelo fratricida en el PSOE frena las quinielas sucesorias

Incluso Barreda y Fernández-Vara dicen ahora que hay que «respetar» el calendario del líder socialista

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

Una cierta sensación de vértigo se ha apoderado del PSOE. Son muchos los que creen que el debate sucesorio se ha salido tanto de madre que no puede traer ya nada bueno ni para quienes querrían ver a Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a las generales de 2012 ni para quienes abominan de esa opción. Ahora toca dar un paso atrás. El aldabonazo de José Luis Rodríguez Zapatero en la ejecutiva del lunes pidiendo, una vez más, respeto a su manera de gestionar los tiempos ha impuesto una nueva consigna verbalizada por el número dos del partido, José Blanco, en un acto en Lugo: «Voy a ser leal conmigo mismo y con el presidente del Gobierno y no daré ni una sola opinión hasta que el presidente del Gobierno exprese cuál es su decisión».

El efecto del último golpe sobre la mesa del jefe del Ejecutivo -golpe sereno al decir de quienes le escucharon- podría acabar siendo tan efímero como los anteriores y eso es lo que inquieta a algunos en la dirección socialista. «Nos hemos vuelto todos locos», dice un miembro de la ejecutiva. «Estamos en puertas de un debate del Consejo Europeo fundamental para el futuro del euro, Portugal pende de un hilo, acabamos de decidir que vamos a Libia ¿y los socialistas nos ponemos a hablar de nosotros?».

El temor a que estalle una cruenta batalla interna que merme aún más las posibilidades del PSOE en los próximos comicios ha llevado a algunos incluso a replantearse la exigencia de un periodo de primarias en caso de que el presidente del Ejecutivo diga, efectivamente, que no desea repetir. «El mejor legado de Zapatero sería una opción para la suma, la integración y la colaboración porque eso es lo que él ha hecho durante todo su mandato: crear un espacio que abarca desde José Bono hasta Odón Elorza, desde María Teresa Fernández de la Vega hasta Bibiana Aído»; un modo sutil de reclamar un 'tiquet' de 'rubalcabistas' y 'chaconistas'.

Un eventual armisticio se tendrá que fraguar, en todo caso, cuando Zapatero ilumine de una vez por todas a su partido y diga qué quiere hacer. ¿El 2 de abril en la reunión del Comité Federal? Ese 'soufflé' ha empezado a bajar y aunque tiene partidarios, también cuenta con firmes detractores que entienden mal que se quiera convertir a su líder en un presidente del Gobierno «interino» con la que está cayendo. ¿Será tras las elecciones? ¿O después del verano? Las quinielas siguen abiertas, pero ahora lo que corresponde es decir que «Zapatero, como siempre, medirá bien los tiempos en interés del país y del PSOE».

«Dueño de sus tiempos»

Lo dijo Blanco a primera hora de ayer, pero también la vicepresidenta económica, Elena Salgado en Onda Cero, y el presidente extremeño, Guillermo Fernández-Vara, que en varias ocasiones había expresado su convicción de que sería bueno ir a las elecciones autonómicas con una respuesta. El castellano-manchego, José María Barreda, también intentó atenerse al guion, pero finalmente no lo logró y aunque admitió que el presidente del Gobierno es «dueño de sus tiempos» y que lo mejor es dejarlo «tranquilo», insistió en que sería bueno que haga su anuncio antes de los comicios porque si no «se seguirá hablando de ello».

Quien desde luego ya lo hace es el PP. Su portavoz en el Senado, Pío García Escudero, recurrió a la ironía durante la sesión de control al Gobierno y le animó a despejar de una vez sus «dudas hamletianas». «¡Que va a acabar con la cosecha de margaritas de un año! -se mofó-. Céntrense en lo que precopa a los españoles y si les es imposible porque esto ya no da más de sí, haga caso: nada mejor que una firma en el BOE, una fecha en el calendario, la llamada a las urnas, una salida honrosa para usted y para el futuro de España...Y que Dios le ilumine, señor Zapatero».

El jefe del Ejecutivo no entró en el debate que buscaba el portavoz opositor y replicó sólo que quien necesita ese tipo de luz es el PP. «Usted -dijo- confía más en esas cosas que yo».