PROBADOS Y SUFRIDOS
Actualizado:Definitivamente, el líder Griñán y el jefe andaluz del PP, el letrado Arenas, no se entienden ni se soportan aunque no pierden las formas. Desde que se puso en marcha la autonomía andaluza, nunca, jamás, hubo conexión entre el sempiterno (aunque cambiante) presidente de la Junta socialista y el líder del mayor partido de la oposición; a saber: el sufrido y repetido PP.
El estoico Javier Arenas, que vivió su mayor periodo de gloria política en un gobierno conservador nacional de José María Aznar, le ha tocado, a lo largo de estos años, pararle los pies al presidente de la firma socialista de turno como líder de la oposición. Se las vio, fundamentalmente, con Chaves, que ejerció de presidente regional década y media entre mayorías absolutas y partidos coaligados de cantidades modestas en los votos cosechados.
Y entre que Arenas está ya más probado en la oposición andaluza que Chaves en sus mandatos presidenciales, el sufrido líder regional del PP atesora inmutable cuatrienios como jefe de la oposición. En los tiempos que corren, quizás estemos contemplando a un Arenas con más marcha ante los sondeos sucesivos que le sonríen abiertamente. Al menos, así lo celebran sus compañeros de sueños y afanes, especialmente el alto funcionario Rajoy y otros ilustres cargos nacionales del partido.
Quizás por todo ello, ayer la tomó Arenas contra el líder Griñán, un hombre, por cierto, escasamente belicoso y con una duda existencial aparentemente elegante que no logra, por completo, oscurecer sus dudas, aunque con los ERE el líder socialista se llenó de coraje ante los ataques sin pausas de Arenas. Por cierto, ambos son colegas en la cosa de la abogacía y poco más tienen de común, salvo la talla.
Arenas es volcánico que echa humo por el cráter pero no arroja lava, y Griñán es como un paciente pescador artesanal que confía en su buena suerte y en la generosidad de la Madre Naturaleza y la Providencia en un mar aparentemente adormilado. Ahora, bien, se detecta con absoluta nitidez una corriente de opinión progresiva sobre un supuesto e inevitable fin de ciclo político. Los del PP aparecen convencidos por praderas y montañas, y los socialistas no sabemos; eso sí, se les ve en grupitos y hablando en voz baja. ¿Está todo el pescado vendido?