Cameron confía en que más países árabes se unan a Catar
LONDRES. Actualizado: GuardarEl primer ministro británico, David Cameron, obtuvo ayer el respaldo de la Cámara de los Comunes a la intervención en Libia, cuyo objetivo no es el cambio de régimen sino el cumplimiento de las dos áreas de la resolución de la ONU, negar el espacio aéreo a la aviación de Gadafi y neutralizar las fuerzas que van a atacar a la población civil.
Cameron presentó una moción de apoyo a la participación británica en las operaciones militares que contó con el respaldo del partido coaligado en el Gobierno, el Liberal-Demócrata -único de los tres grandes según el número de escaños en la Cámara de los Comunes que se opuso a la invasión de Irak- y del Laborista, además de los representantes regionales.
El líder británico aclaró que no habrá invasión de Libia, que la Liga Árabe participará en las reuniones políticas de la coalición internacional y que espera que otros países árabes se unan a Catar en la participación de las operaciones militares que se lelvan acabo.
La guerra española
La resolución del Consejo de Seguridad, dijo Cameron, es «de ámbito limitado y de modo explícito no provee autoridad legal para acciones encaminadas a apartar a Gadafi del poder por medios militares». El primer ministro fue más ambiguo sobre si la resolución permitiría armar a la oposición o los medios para lograr que se retiren las tropas del dictador de las ciudades tomadas en su contraofensiva; o para explicar cómo se medirá el fin de la misión cuando el objetivo no es derrocar a Gadafi.
Justificó también la intervención de Francia, EE UU y Reino Unido por «la creciente urgencia» de implementar la resolución, pues tropas de Gadafi habrían tomado Bengasi y posiblemente Tobruk si se hubiese esperado. Y leyó, mencionando a España en primer lugar, la lista de países que se han sumado a las operaciones militares como prueba de la existencia de una amplia coalición.
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, evocó la indiferencia británica ante el inicio de la Guerra Civil española como argumento sobre «el coste de la inacción». Cameron apeló a ese coste alertando sobre lo que habría ocurrido «si la comunidad internacional condena la violencia de Gadafi y luego no hace nada».