Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
opinión

Los silencios de Zapatero

Cuanto más aguante en el alambre, peor será la caída

Rafael Martínez-Simancas
Actualizado:

Algunos ‘zapaterólogos’ empiezan a ver en la pasividad del presidente un fenómeno parecido al de la licuefacción que sucede con algunos mártires de la Iglesia católica. El habitante de la Moncloa solo da muestras de tener sangre cuando le llama Obama a las tantas de la madrugada, cuando tiene que decapitar a Fernández de la Vega para poner a Rubalcaba, o cuando se une al bando de Sarkozy para atacar Libia olvidando el pacifista que fue para dedicarse a ser el nuevo zorro del desierto. Dejados esos tres casos al margen, el resto de sus días son de un tibio consumo energético, de ahí las comparaciones con Pantaleón, que fue médico y mártir, (su sangre se licua en contadas ocasiones sirviendo para todo tipo de oráculos y comentarios).

Pantaleón-Zapatero no se termina de licuar cuándo se le plantea el dilema de la sucesión y muestra un lado de jugador de póquer que desespera a los más próximos irritados por la inacción. Ni pía ni dice pío. La mayor parte del partido desea que ya, de una vez tome una decisión y que sea en el sentido de coger el portante. En esa mayor parte se incluyen los barones regionales a los que les corresponde la difícil tarea de predicar su homilía sin dejarse contaminar por él, tarea imposible. En este momento todo lo que sea Zapatero mancha a la marca electoral socialista, esto lo sabe perfectamente José Blanco y por ese motivo le ha dejado sin mitin en Vistalegre. Pero es que hay más: los pretendientes al trono de Zapatero divididos en dos bandos: ‘rubalcabistas’ y ‘chaconistas’ saben que cuanto más tarde el presidente en tomar una decisión peor para todos. O mejor dicho: cuanto antes diga lo que sabe que va a ser, mejor para todo el mundo.

Un estudio sicológico en profundidad nos podría desvelar qué pasa por la cabeza del presidente en estos momentos y por qué actúa con una pasividad propia del trapecista beodo. Cuanto más aguante en el alambre peor será la caída, pero es que cuanto más tiempo pase dando tropezones mayor será el pánico desatado entre el público que pide una red a toda prisa para evitar lo que anuncia el redoble de un tambor de luto. Urge la presencia de un alma caritativa que le aconseje desde el centro de la pista: «José Luis, bájate porque te la vas a pegar y te vas a caer encima del proyecto socialista».

Igual peligro corre la ministra de Defensa, que ha cometido el error de presentar sus credenciales cuando no tocaba. Rubalcaba ha vuelto con ganas después de probar el famoso ‘Pollo Marañón’. Chacón, más inexperta que su poderoso rival, ha demarrado antes de tiempo y esos errores cuando se compite contra Rubalcaba se suelen pagar caros. Solo él sabe cuando los lobos deben subir a la colina para aullar por el jefe.