Juntos a por todas

Lo ponía bien clarito el tifo que lució la peña Orgullo Isleño nada más comenzar el partido. Juntos a por todas. Un mensaje que demuestra el actual estado de ánimo por el que atraviesa el San Fernando, que se encuentra en completa sintonía con la afición.

La grada del Estadio Iberoamericano vibró ayer a ritmo de samba brasileña con el coraje derrochado por un equipo que cada vez tiene más claro el camino a seguir y que, si todo sigue en la misma línea, que va a afrontar en apenas un mes y medio la fase de ascenso a Segunda B en completa garantía.

Contra el filial del Recreativo salió un partido redondo. La propuesta futbolística planteada por Antonio Iriondo dio resultado, y el conjunto azulino controló la pelota desde el principio hasta el final, concediendo muy pocas opciones a su rival y, sobre todo, evitando el peligro de que la contienda se convirtiera en un ida y vuelta, muy peligroso cuando se tiene enfrente a un filial de estas características.

Alcanzó el objetivo de sumar los tres puntos y brillar con su juego, en parte, porque hay en el plantel muchos hombres importantes que están creciendo al mismo son que lo está haciendo el equipo. Benítez fue uno de los mejores. Increíblemente desbordante cuando tomaba la banda izquierda de la que es dueño el lesionado Beato. Exquisito en el balón parado e infranqueable en tareas defensivas. También se nota las buenas sensaciones que está teniendo Iván Guerrero, que acostumbra a firmar muy buenas segundas vueltas de campeonato y que ayer volvió a ser determinante.

Si a eso se le suma que Pedro Carrión volvió a demostrar su olfato y su calidad abriendo el camino de la victoria y la brega de Sachetti, el pulmón del equipo que ayer obtuvo un premio merecido con los dos goles, golazos, que sentenciaron el partido, se obtiene la fórmula perfecta.

Aunque nunca es todo de color de rosa, porque los isleños pierden a Rodiel para el próximo choque en Peñarroya por culpa de una expulsión desmedida. Pero si antes era dificilísimo destacar en este equipo, en el que las lesiones y los constantes problemas truncaban la trayectoria, ahora ocurre todo lo contrario y da la sensación de que el grupo juega solo y que brilla cualquiera que entre en el once.