:: ILUSTRACIÓN A.S.ALARCÓN
HISTORIA

La leyenda bajo el mar

Un equipo internacional daba a conocer esta semana sus hallazgos, que sitúan la Atlántida bajo las marismas de Doñana

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Atienda a estos dos bloques de pistas. 1) Soberbia. Pecado capital. Mortal castigo. Las ansias dominadoras del pueblo acabaron con él. Justicia divina. Una isla con toda clase de minerales: oricalco, rara aleación natural de oro y cobre; grandes bosques que proporcionaban ilimitada madera; numerosos animales, domésticos y salvajes. La abundancia y el esplendor quedaron sepultados. «En un día y una noche terribles», la tierra se movió y provocó una inundación devastadora. 2) Un equipo científico descubre en unas imágenes satélite del mar Mediterráneo unas estructuras rectangulares y varios anillos concéntricos. Utilizan una combinación de tecnología submarina, radar de profundidad del suelo y cartografía digital. Análisis con carbono. Confirmación de que en las capas correspondientes a la Edad de Bronce hay señales de que hubo una violenta tormenta o un tsunami en la zona.

Ambos apartados llevan al mismo destino: la Atlántida. Dos versiones de un mito, el referenciado por Platón en el 'Timeo y Critias'. El paraíso perdido, el advenimiento de un apocalipsis que fustiga a los hombres por sus pecados. La obsesión de historiadores, arqueólogos, filósofos y escritores. Los españoles podrán comprobar este junio de mano estadounidense lo que ya añoraron en sus creaciones o trabajos Manuel de Falla, Fernando Villalón o el mismo Jorge Bonsor. Romanticismo versus la aplastante ciencia. Los de la National Geographic traerán entonces un documental basado en el estudio del momento. El que ha vuelto a sacar de las aguas a los atlantes insumisos. Esta misma semana se daban a conocer los hallazgos de un equipo internacional liderado por el profesor Richard Freund, de la Universidad de Hartford (Connecticut).

Según sus conclusiones, la Atlántida estaría situada en Doñana, justo al norte de Cádiz y fue destruida por un tsunami. El descubrimiento de Freund en el interior de España de una extraña serie de «ciudades monumento», construidas a imagen de la Atlántida por refugiados después de la probable destrucción de la ciudad por un tsunami, dio a los investigadores una evidencia añadida para su tesis. «Los residentes de la Atlántida que no perecieron en el maremoto huyeron tierra adentro y se construyeron nuevas ciudades», añadió el experto.

Sin embargo, sus declaraciones no son novedosas en cuanto sitúa a la ciudad perdida en esta zona. En el Estrecho de Gibraltar o en el fango de las marismas de Doñana, la descripción del filósofo griego corresponde a esto lares. Y si no... Si no, se abre otro debate o, mejor dicho, antes hay que superar otro enfrentamiento. ¿Ficción o realidad? ¿Esoterismo? ¿Otro mito más como el del Jardín de las Hespérides o las columnas de Hércules? ¿Perder el tiempo en encontrar anillos concéntricos, señales de una civilización próspera pero aniquilada por sus imperdonables pecados? ¿Esperamos a la emisión del National Geographic o nos quedamos con la ensoñación de Platón? ¿Y si no son contradictorias ambas versiones?

Ahora, atienda a estos dos bloques de opiniones. El profesor de Historia Antigua de la Universidad de Cádiz Francisco Javier Guzmán Armario defiende la importancia de la metáfora de la Atlántida, pero apenas le añade una nueva connotación. El exministro de Trabajo y escritor Manuel Pimentel defiende la visión más científica, la que refrenda lo que él mismo publicó en su novela 'El librero de la Atlántida'. Lea y elija una de estas posturas. O no se quede con ninguna. O quédese con las dos. Como dice Guzmán, «si no existiera la Atlántida, habría que inventarla».