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«En España no se da importancia a este tema»

Manuel Pimentel Escritor y Exministro

:: R. VÁZQUEZ
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«Otros ya habrían hecho un monumento nacional, pero aquí en España se pasa del tema. Creen que es una cosa de locos y poetas». El autor de 'El librero de la Atlántida' (Almuzara, 2006) no oculta su enfado por el desdén con el que, según su opinión, se trata el asunto del enclave de la ciudad perdida de Platón. En su obra de ficción, el exministro la sitúa justo donde lo han hecho los científicos estadounidenses, en las marismas de Doñana. Había bebido del mito. Pero no solo del de Platón. «Hay varios que corroboran esta teoría. Existe toda una arqueología de las costumbres que la validan. He leído mitos en los que se describían una corrida de toros o la adoración de las diosas que bien podrían ser el origen de las romerías. Los andaluces somos el pueblo más antiguo de Europa. Hay muchos síntomas que nos hablan de ese tiempo remoto», defiende Pimentel.

Según el expolítico, el filósofo heleno no solo escribió sobre la isla paradisiaca como un lugar exótico, sino como la civilización del metal. «A diferencia de otros ríos importantes como el Nilo o el Tigris, el Guadalquivir estaba encerrado entre Sierra Morena y contaba con abundantes minerales, pero el azar es muy caprichoso y se empeñó en ir contra los soberbios de la Atlántida», apunta.

'El librero de la Atlántida' cuenta la historia de un tímido librero de Cádiz que solo tiene por amigo a un viejo marinero que le cuenta leyendas de antiguas ciudades sumergidas mientras bebe en las tabernas de La Caleta gaditana. Una novela que, como destaca Pimentel, ha ido muy bien y vuelve a estar de actualidad. Pero no solo por el reciente estudio de los expertos de Connecticut en el que, por cierto, ha participado un equipo liderado por los profesores de la Universidad de Huelva Juan Antonio Morales y Claudio Lozano, que se han centrado en la medición de las formaciones geológicas que podrían pertenecer a la zona de la antigua bahía de Tartesos. La vigencia de la novela tiene que ver con los fenómenos naturales. «La Atlántida vuelve a ponerse de moda ahora por lo del cambio climático, que no sabemos a dónde va, hay teorías mayoritarias de calentamiento y minoritarias, a la cuales yo me agarro, de glaciación. Y el caso es que muere y nace el mito de la Atlántida por una catástrofe que probablemente tenga mucho que ver con el último deshielo, que se produce hace 11.500 años cuando Platón sitúa exactamente el fin de esta civilización».

Y una catástrofe todavía más próxima en el tiempo. Y más tangible. Un recordatorio científico. La hora de la naturaleza. «Lo de Japón nos recuerda la fiereza de la naturaleza. Empezamos a tener la conciencia de que existe un bioritmo de la humanidad que predice este tipo de catástrofes. Hay que reírse de ello y no tener miedo, pero tenerlo en cuenta», recuerda.

Otro matiz del asunto, más social. Pimentel, convencido de la existencia de la Atlántida sentencia: «Es para decirle a algunos: 'Ignorantes, 10.000 años de que el primer fenicio pisara Andalucía, ya había aquí una civilización sabia'».