No sería Semana Santa sin ellos
La dolorosa de la cofradía de Jesús Nazareno estará expuesta hoy en besamanos en San Juan de LetránEl Sagrado Descendimiento y el Traspaso llegan justo a tiempo para hacer estación de penitencia
JEREZ.Actualizado:No sería Viernes Santo sin ellos. No entenderíamos la Semana Santa jerezana sin ellos, porque son parte de nuestra ciudad, de su raigambre más enraizada, de sus costumbres más consolidadas. Dueños de la Porvera de cabo a rabo, dueños de un día desde que comienza hasta que termina. El Sagrado Descendimiento y Nuestra Madre y Señora del Traspaso han tenido dificultades de última hora para hacer su estación de penitencia, aunque ambos llegarán con buen criterio al Viernes Santo para seguir haciendo raya en la Semana Mayor jerezana. Dos dificultades inesperadas frente a dos soluciones contrastadas y consolidadas.
Nuestra Madre y Señora del Traspaso tuvo problemas hace algunos años, tantos, que llevó a la junta de gobierno a buscar soluciones con Agustín Pina, prestigioso restaurador jerezano. Años después, y pese a los informes de Pina que aconsejaban en su momento una sujeción diferente a la que pretendía la hermandad, la hermandad tuvo que restaurar la dolorosa, toda vez que presentaba grandes problemas estructurales en las extremidades inferiores. Si en la primera ocasión el elegido fue Agustín Pina, solvente restaurador de nuestra Semana Mayor, en esta ocasión la hermandad optó por Francisco Bazán, otro prestigioso restaurador de nuestra ciudad que comanda la empresa Ressur, una de las más consolidadas a nivel nacional, reconocido y avalada por el Instituto de Patrimonio de la Junta de Andalucía.
Hoy domingo será el momento de ver a Nuestra Madre y Señora del Traspaso, una de las dolorosas más importantes de la Semana Santa jerezana, volver al culto tras unos meses en el taller de Francisco Bazán. Completada ya la primera parte de la restauración, la imagen podrá hacer su estación de penitencia en el paso de palio sin mayores preocupaciones, aunque una vez terminada la Semana Santa tendrá que volver a retirarse del culto para completar las acciones que se están llevando a cabo tanto en la policromía como en las estructuras de la dolorosa de la hermandad de Jesús. Un alivio importante, una solución pronta a un problema que le estalló en las manos a Raúl Castaño.
Y si rápido fue el hermano mayor de Jesús Nazareno, mucho más lo ha sido Avaro de Calle, el máximo dirigente de la hermandad de la Soledad. El pasado lunes, montando el altar de quinario, la bella imagen del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo cayó desde casi seis metro de altura al suelo, provocando graves daños estructurales, principalmente, en las extremidades superiores de la talla. Tras el nerviosismo natural del momento, y con la templanza que caracteriza al hermano mayor de la cofradía de la Soledad, a la mañana siguiente la imagen de Ortega Bru se encontraba en el taller de los hermanos Navarrete, quienes han garantizado que la talla estará salvo complicaciones de última hora para el próximo Viernes Santo. Los principales desperfectos de la talla han resultado ser limpios en los ensambles, lo que facilitará la recuperación de la imagen del Descendimiento. Todo, por recuperar un Viernes Santo que habría estado huérfano sin ellos dos.