AVISO A DICTADORES
GENERAL DE DIVISIÓN. EXJEFE DE LA DIVISIÓN DE ESTRATEGIA Y COOPERACIÓN MILITAR DEL ESTADO MAYOR CONJUNTO Actualizado: GuardarUna vez que el Consejo de Seguridad de la ONU ha autorizado la intervención en Libia, la primera decisión a tomar será quién o quiénes van a participar en la operación. Inmediatamente surge también la pregunta de si se llegará a tiempo para impedir, por un lado, que Gadafi conquiste la parte del territorio que dominan los rebeldes alzados contra su régimen, incluida su capital, Bengasi y, por otro, que siga masacrando a su propio pueblo.
Como dos países de la OTAN (Alemania y Turquía) se han mostrado, en todo momento, muy reacios a intervenir militarmente en Libia, posiblemente los aliados se centren al principio en apoyar la asistencia humanitaria a la población, garantizar la aplicación del embargo de armas que pesa sobre Libia y contribuir al establecimiento de una zona de exclusión aérea. Por ello, parece más razonable que la operación militar que conlleva la zona de exclusión aérea sea llevada a cabo por los principales impulsores de la resolución del Consejo de Seguridad, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, acompañados de algunos países árabes como Jordania, Catar y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros.
Se espera que el inicio de esta operación compleja se realice en horas mejor que en días. En una primera aproximación, es muy importante saber quién va a llevar el liderazgo de la operación porque será el responsable de establecer el sistema de mando y control, verdadero corazón de las actividades a ejecutar en la misma; qué tipo de medios se van a emplear, plataformas navales y bases aéreas que reúnan condiciones operativas, entre ellas pueden estar las italianas, ya se habla de tres y las españolas de Rota y Morón. Y, sin duda, un elemento muy importante será determinar la extensión exacta de la zona, que posiblemente incluirá gran parte de los territorios ocupados por las tropas Gadafi con los principales objetivos a batir.
Un punto capital a considerar será la actitud que tome Gadafi. Si seguirá con sus ofensivas o buscará la negociación. Pase lo que pase, la seguridad del Mediterráneo y Norte de África cambiará profundamente, con independencia del mensaje que se envía a otros dictadores de lo que les puede ocurrir en situaciones similares. Libia ha frenado la revuelta democrática árabe pacífica y ordenada, aunque estoy convencido de que el levantamiento continuará con otro ritmo. Lo más importante es que Libia siga unida como nación. Si eso es así, la seguridad y estabilidad será más fácil de alcanzar. Es verdad que el problema tribal o el posible yihadismo -no parece que Al Qaida esté ahora en buena posición- pueden crear algunas dificultades pero, en este momento, me inclino a pensar que serán superados por el nacionalismo que impera en el país. Con mucha probabilidad, con esta intervención militar, la comunidad internacional va a cooperar poderosamente para que el pueblo libio, a través del Consejo Nacional de Transición, pueda recuperar la identidad del país como nación.