De la Vega resalta que el mejor legado de Cádiz es «la idea de España»
La consejera del Gobierno hizo un amplio recorrido por la importancia que tuvo Cádiz para el actual concepto de nación
CÁDIZ.Actualizado:«Hay una línea directa entre la Constitución de 1812 y la de 1978». Es un mensaje directo y conciso, pero que engaña porque en su interior una carga histórica narrada en libros, periódicos, imágenes y en un sinfín de formatos, porque Cádiz fue cuna de la libertad, origen del parlamentarismo y resulta inevitable mirar atrás para seguir hacia adelante. Ése fue precisamente el mensaje que ayer quiso lanzar la consejera de Estado María Teresa Fernández de la Vega en una conferencia que se enmarca dentro de los actos para conmemorar el 199 aniversario de la Carta Magna de 1812.
El salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz fue el lugar en el que la que fuera vicepresidenta y presidenta de la Comisión para la Conmemoración del Bicentenario mostrará su conocimiento sobre un el acontecimiento que cambio a España a pesar de que el proceso fue interrumpido de forma abrupta, pero sus ideas calaron y quedaron dormidas en el sentir de los que ya no eran súbditos, aquellos que se volvieron ciudadanos y que decidieron volver a despertar en 1978 retomando esos valores que hace ahora 199 años nacían bajo la intención de reconducir a España. Ese vínculo es lo que hace que esta celebración sea tan especial porque «nos ha ido bien», tal y como aseguró la consejera de Estado, para añadir que el esfuerzo y el mérito conseguido en ambas constituciones «en estos más de 30 años es patrimonio de todos, hombres y mujeres que han trabajado cada día, en el marco de la Constitución, para sacar adelante el país».
Y es que no ha que olvidar que fue en la ciudad «donde nació la idea de España, una idea que sigue alimentando al país y ese sin duda es el mejor legado».
Sin embargo, no ha sido un camino sencillo y a pesar de que ahora todo parezca tan sencillo no lo ha sido, por ello no hay que olvidar todos los pasos que ha dado España y sobre todo aquel camino que se inició a pesar de que existía un asedio francés que ahogaba ese pequeño reducto en el que se convirtió Cádiz, esperanza para el resto de los españoles, la misma esperanza que ha impulsado a pueblos árabes a reclamar sus derechos «desde Egipto a Libia» y aquella que hace que se mire a Japón «con admiraciones porque de los escombros volverán a levantar su país».
Un camino que comenzó con un texto pero que no acaba ahí y eso hay que dejarlo bien claro ya que así lo muestra la historia. «El camino no acaba con la promulgación de un texto constitucional, no hablamos solo de la letra impresa, sino de la voluntad de querer cumplirla».