REINA

Antena 3 ha estrenado 'La Reina del Sur', una producción propia sobre la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte, ambientada en el mundo del narcotráfico. La protagoniza la mexicana Kate del Castillo, que por lo visto en el estreno compone un papel interesante, aunque un poco primario. La serie está bastante bien. Quien haya leído la novela de Pérez-Reverte encontrará que el producto televisivo es excesivamente inferior, pero es que la novela es muy buena y la serie, por su lado, tiene demasiado aroma a culebrón. Entre una cosa y la otra, el conjunto flojea; añadamos los diálogos en acento mexicano profundo, que hacen ininteligibles algunas escenas. Pero Pérez-Reverte, que está ya muy baqueteado y conoce bien el paño televisivo, ha prestado su bendición al producto, y seguramente ha hecho lo que debía, porque nada realza mejor la calidad de una novela que una adaptación audiovisual insuficiente. A todo esto, hay que decir que 'La Reina del Sur', como producto televisivo, está bastante lograda: reconstruye muy bien el ambiente y la narración no pierde tensión ni por un momento. Ciertamente no es un producto apto para menores, pero esto usted ya lo sabe.

En cuanto a la afluencia de público, no ha estado nada mal: casi 3,2 millones de espectadores y una cuota de pantalla del 15,5%, de manera que la cadena ya puede presumir de haber fletado otro éxito. Además, la serie está construida de tal manera que no parece que vaya a perder a su público. Lo que no entiendo es el baile de programación que ha hecho Antena 3 al combinar 'La Reina del Sur' con 'El barco', quitar a una para poner a otra, reponer luego a la otra por la una, y emitir de pronto dos capítulos en pocos días para enganchar al público. Las estrategias de captación de las cadenas están llegando a un grado de sofisticación que uno se marea. Hay que suponer que todo ha sido pensado por cerebros superiores, pero uno, que es un clásico, preferiría saber a qué atenerse. En todo caso, he aquí una nueva cita para el telespectador. No es una mala noticia.