Los rebeldes libios empiezan a perder la guerra
Tropas de Gadafi atacan la ciudad insurgente de Ajdabiya mientras el G-8 no se pone de acuerdo sobre la zona de exclusión aérea
RABAT.Actualizado:La situación de los rebeldes en Libia comienza a ser crítica al alcanzar ayer las tropas de Muamar Gadafi la ciudad de Ajdabiya, un núcleo fundamental en el avance hacia Bengasi y para el control del este del país. Los sublevados contraatacaron hundiendo dos barcos de guerra del régimen. Sin embargo, es probable que el golpe más fuerte que recibieron ayer los opositores se lo infligiesen los países del G-8, reunidos en París, que no consiguieron alcanzar un acuerdo a propósito de la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia, vital para mermar las tropas del dictador y dar un respiro a los sublevados que son masacrados por las aeronaves.
La propuesta, que ha empezado a convertirse en una patata caliente, volvió a pasar ayer al Consejo de Seguridad de la ONU, aunque anoche no se sabía la conclusión a la que habían llegado los quince miembros. Al ritmo que avanzan las tropas de Gadafi es muy probable que cuando la comunidad internacional llegue a un acuerdo -si es que finalmente lo hace- sea demasiado tarde para los rebeldes.
La imposición de esta medida tiene muchas implicaciones y es muy probable que, para que sea efectiva, deba ser seguida por una intervención terrestre, algo a lo que muchos países se oponen. Los augurios, por lo tanto, no eran buenos ayer para los rebeldes, especialmente después de que el G-8, que agrupa a los países más ricos del mundo y se reunió ayer en París, se resistiera a apoyar la medida, especialmente por las reticencias de Alemania, que, como dijo su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, no está dispuesta a «cargar con una guerra en el norte de África».
Dejar pasar la oportunidad
Tras la reunión, París, que ha sido uno de los mayores valedores de la idea del embargo aéreo, aseguró que se ha dejado pasar una oportunidad para restablecer el equilibrio (entre las fuerzas de Gadafi y los rebeldes). «Si hubiéramos utilizado la fuerza militar la semana pasada para neutralizar varias pistas de aviación y las decenas de aviones de las que disponían, quizás no se habría producido el vuelco que ha sufrido la oposición. Pero eso es ya el pasado», dijo a Europa 1 el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé.
Ajdabiya, a tan solo 160 kilómetros de Bengasi, la ciudad de la que los rebeldes han hecho su capital, fue sometida ayer al fuego constante de los gadafianos, que la atacaron por tierra, mar y aire. Mientras que barcos de guerra bombardearon el este de la ciudad, según la cadena catarí Al-Jazeera, tanques y vehículos blindados dispararon desde el oeste, apoyados por la aviación del régimen.
Los rebeldes tuvieron que refugiarse en el centro de la ciudad y muchos de ellos salieron en desbandada hacia Bengasi.
Sin embargo, los sublevados también consiguieron ayer una pequeña victoria al lograr hundir dos barcos de las fuerzas de Muamar Gadafi y alcanzar otro más, que fueron bombardeados desde dos aviones pilotados por rebeldes, según afirmaron fuentes del Consejo Nacional de Transición a Efe. Esos mismos aviones habrían bombardeado el aeropuerto de Sirte, uno de los bastiones del dictador, aunque las fuentes no ofrecieron más información.