El pago de nóminas, el último escollo para frenar la huelga de autobuses
Empresa y trabajadores llegan a un acuerdo sobre el convenio colectivo, pero el abono de los salarios de febrero queda pendiente
JEREZ. Actualizado: GuardarLa reunión mantenida ayer en el Sercla (Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos) entre la dirección de Urbanos Amarillos y la plantilla parece que ha dado sus frutos. Aunque aún es pronto para echar campanas al vuelo, pues el acuerdo no es definitivo, las partes llegaron a un principio de entendimiento que deberá ser ratificado el próximo lunes día 21 nuevamente en el Sercla, fecha para la que estaba convocada la huelga de los conductores.
Ésta es la razón por la que, en el caso de que ese encuentro no prospere, la plantilla retrasará el inicio de los paros al 22 de marzo. Desde la propia Delegación Provincial de Empleo confirmaron ayer este avance, expresando la confianza en que el conflicto se resuelva satisfactoriamente la semana próxima y los jerezanos no se vean obligados a padecer otra nueva huelga en el servicio.
En lo que respecta a los trabajadores, desde el sindicato Comisiones Obreras y el comité de empresa corroboraron que se había llegado a un «acuerdo parcial», puesto que el acercamiento entre las partes no se extendió a todos y cada uno de los puntos a tratar. En el más importante, el relativo al convenio colectivo, sí se produjo un entendimiento total puesto que los trabajadores consiguieron arrancar el compromiso por parte de la empresa de que respetará y acatará el documento vigente.
Éste había sido hasta ahora el aspecto más controvertido y la razón fundamental esgrimida por los afectados para justificar sus movilizaciones. Ahora, no solo han logrado lo que solicitaban sino que también se ha cerrado un acuerdo sobre el inicio de las negociaciones para el próximo convenio, con el establecimiento del correspondiente calendario de reuniones.
Como se ha repetido en numerosas ocasiones, la dirección de Urbanos Amarillos se resistía a aplicar el convenio escudándose en que la concesión del servicio solo era transitoria. A pesar de que en enero la junta de gobierno local aprobó su adjudicación definitiva, la empresa seguía en sus trece pues aún faltaban algunos flecos por concretar.
Finalmente, la lógica se ha impuesto y todo parece indicar que el convenio colectivo no volverá a ser, al menos a corto plazo, motivo de conflicto. Sin embargo, la reunión de ayer ha destapado otro punto de fricción que es el que ha impedido que el acuerdo se haya cerrado de una vez. Los trabajadores no han podido arrancar la promesa del abono de las nóminas de febrero de forma inmediata.
Hasta el momento, la cuestión económica se había mantenido en un segundo plano, pues el personal había dado una tregua en este sentido a Urbanos Amarillos, en vista de que también ellos están sufriendo el impago municipal. Una razón por la que no se han comprometido a abonar los salarios, argumentando que el Ayuntamiento no les ha pagado un solo euro desde que se hicieron con el servicio, el pasado mes de noviembre. El comité de empresa espera que a lo largo de esta semana se establezcan fórmulas de pago con el Consistorio, que garanticen el cobro en tiempo y forma y con ello se desbloquee el conflicto.